Es por ello que se la encuentra en mosaicos paleocristianos, en cetros, diademas y tronos como un elemento decorativo.[cita requerida] También fue un símbolo usado por los emperadores carolingios, así como sus sucesores otonianos y capetos.[cita requerida] La flor de lis se usaba en los mapas antiguos para señalar el norte; habitualmente, en las "rosas de los vientos" marcaba el punto cardinal norte, una tradición iniciada por Flavio Gioja, marinero napolitano del siglo XIV.[cita requerida] Fue escogida como insignia de los scouts porque señala la dirección hacia lo alto, marca el camino que hay que seguir para cumplir con el deber y ser útil a los semejantes.[cita requerida] Esto se nota, por ejemplo, en las insignias de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Nicaragua, Perú y otras más.[6] A partir del Renacimiento, en la segunda mitad del siglo XV, la flor de lis se tomó como símbolo de su bien hacer y los alquimistas lo unían a sus blasones cuando lograban alcanzar gran iluminación (la piedra filosofal).[cita requerida] En el antiguo Egipto, la Flor de Lys simbolizaba al ídolo Shu (mitología) 'Sho'.Cualquier persona ajena a la Mafia Hachel que intentase detener el cumplimiento de sus objetivos terminaba brutalmente asesinada.[cita requerida] Asimismo, se la puede encontrar en el escudo del papa Pablo VI (precisamente tres flores de lis).[7] En ocasiones, también se utiliza como representación de la Santísima Trinidad, debido a los tres pétalos.También puede asociarse a su parecido con la letra griega psi (Ψ), y se usa como símbolo de la psicología (del término Ψυχή -psyché-, alma).[cita requerida] El psicoanálisis, por su parte, ha interpretado a la flor de lis como un símbolo fálico o, más aún, una forma sublimada (y probablemente inconsciente) de representar los genitales masculinos o la virilidad y la fuerza que también se asocia con la espada, forma ésta que es claramente visible en la flor de lis.