Enrico Caruso

Para recaudar dinero para su familia, empezó a actuar como cantante callejero interpretando canciones populares en la ciudad, en cafés y veladas.A los dieciocho años, se pudo comprar los primeros zapatos nuevos de su vida.Con su estilo de canto Enrico Caruso fijó un estándar, influyendo en prácticamente todos los tenores en los repertorios italianos y franceses durante muchos años.Cuando los Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial en 1917, enviando tropas a Europa, Caruso hizo un gran labor de caridad durante el conflicto, recolectando dinero para causas patrióticas relacionadas con la guerra dando conciertos y participando con entusiasmo en emisiones de Liberty Bond.El tenor había demostrado ser un duro hombre de negocios desde que llegó a América.[7]​ Caruso se bañaba dos veces al día, le gustaba vestir bien y la buena comida, además de ser una alegre compañía.Caruso era supersticioso y habitualmente llevaba una serie de amuletos consigo cuando cantaba.Como curiosidad, cabe destacar que solo un filme de 1951 ha intentado retratar su figura en: El gran Caruso de Richard Thorpe, en la piel del actor y cantante estadounidense Mario Lanza, acompañado por Ann Blyth.Caruso y la industria fonográfica hicieron mucho por promoverse en las dos primeras décadas del siglo XX.El timbre de Caruso se oscureció conforme fue envejeciendo y desde 1916 en adelante, comenzó a añadir papeles heroicos como Sansón, Juan de Leyden, y Eleazar a su repertorio.En 1920, le pagaron lo que entonces era una cifra astronómica, 10 000 dólares estadounidenses, por cantar una noche en La Habana, Cuba.
Caruso entre 1910 y 1915.
Lucia di Lammermoor (1908).
Enrico Caruso, 1908.
Caruso, junto a su piano en su residencia de Nueva York.