Comenzó su carrera como trompetista profesional, pero alrededor de los treinta años decidió dedicarse exclusivamente a la composición.
Fue uno de los compositores ingleses más polémicos del siglo XX, debido a un estilo neorromántico y neoclásico que ya había sido prácticamente relegado al pasado y a sus consiguientes roces con la crítica especializada.
La muerte de un hermano en batalla y las presiones externas le empujaron a alistarse como voluntario en 1944.
La perspectiva de la guerra le produjo tal rechazo que, al poco tiempo, se pegó un tiro en un pie, provocándose una grave lesión gracias a la cual pudo dejar el frente.
Su carácter autodestructivo (con 20 años le fue diagnosticada una esquizofrenia) y su propensión al alcoholismo, unidos al efecto devastador que en él provocaban las críticas cada vez más adversas a su obra, terminaron por destrozar el matrimonio, divorciándose en 1965 para volver a casarse apresuradamente el mismo año tras dejar embarazada a la que sería su segunda esposa.
Tras su época dorada, que comprende los años 1950 y los 1960, la crítica comenzó a despreciar la música de Malcolm Arnold, situada, a su juicio, fuera del momento histórico musical: mientras que la atonalidad, el serialismo y otras corrientes vanguardistas se abrían paso en el mundo de la música culta, Arnold seguía recurriendo a un estilo melódico, tonal, de aire neorromántico, de éxito popular y como continuador de Richard Strauss, Gustav Holst, Dmitri Shostakóvich e incluso Aaron Copland, pero que se situaba al margen del camino irreversible que la música clásica había tomado hacia nuevos sonidos.
El complejo carácter de Arnold, combinado con este rechazo y los ataques mentales que sufría su tercer hijo, que padecía autismo, le llevaron a un nuevo divorcio en 1975 y a un intento de suicidio.
Durante esta etapa de crisis mental, en la que Arnold volvería a intentar suicidarse, rompió relaciones con sus hijos, al sentirse incomprendido por ellos.
Malcolm Arnold dejó la composición en 1990, entre otros motivos debido a su delicado estado de salud.
Durante esta etapa, declaró no tener ganas de crear más música.
Sus primeros trabajos en este campo fueron documentales, pero enseguida saltó a la pantalla con Badger's green en 1948.
En los años 1950, estableció una sólida relación profesional con David Lean: Arnold pronto se convertiría en su compositor preferido.
A pesar del prestigio y rendimientos económicos que esta actividad cinematográfica le proporcionó, él siempre deseó ser reconocido por su producción musical formal.
[6] Otra influencia constante en toda su obra y reconocida por él mismo es la de Berlioz.
Otras influencias geográficamente más cercanas serían las de Edward Elgar, Benjamin Britten, las de su amigo el compositor inglés William Walton, o la orquestación del inglés Gustav Holst en su obra The Planets (Los planetas).
Su primera sinfonía es una obra experimental y poco madura en la que el autor muestra muchos de los elementos estilísticos que aplicará en sus siguientes composiciones, así como su propio concepto de sinfonía.
Hoy es considerada por muchos su mejor obra y una de las más significativas sinfonías inglesas del siglo XX.
Las obras orquestales de Malcolm Arnold, dejando a un lado sus conciertos con solista y sus sinfonías, son principalmente oberturas melódicas, con fuertes reminiscencias del lenguaje musical cinematográfico, muchas de ellas compuestas con fines ceremoniales o conmemorativos por encargo.
29 (1951), escrita para su amigo el clarinetista inglés Jack Thurston y con numerosas reminiscencias del jazz (algo que será una constante a lo largo de su obra), es la más conocida e interpretada.
Todos ellos fueron dedicados a solistas concretos, razón por la que en todos queda reflejada de una u otra manera el estilo del solista al que iban dirigidos: Benny Goodman (clarinete), Larry Adler (flauta travesera), Julian Lloyd Webber (violonchelo) o Yehudi Menuhin (violín) fueron algunos de sus destinatarios.
De hecho, compuso seis obras para brass band, entre las que destacan sus tres Little Suite o la obra ceremonial The Padstow Lifeboat.