Sinfonía n.º 4 (Arnold)

Esta composición marca el fin la etapa más "ligera" en la trayectoria sinfónica de Malcolm Arnold.

El tema principal es una creación pausada, sencilla, en cierto modo stravinskiana, de carácter neoclásico.

A continuación hay una repetición, pero con cambios considerables, y se cierra de manera apacible.

Es lento, sensual, sexy, vaporoso, la atmósfera es como una especie de trance, casi hipnótica.

[1]​ El cuarto y último movimiento, Con fuoco – Alla marcia – Tempo primo – Maestoso – Allegro molto, adopta una forma rondó.

Después se da paso a otro tema alternativo más lento y sosegado, con un cierto aire misterioso.

Le sigue una intervención de la percusión en solitario realmente insólita en las obras clásicas serias: la marimbas, el tam-tam y los bongos imitan, en solitario, la melodía planteada al comienzo por los violines.

Tras este momento de impacto, la orquesta al completo asciende en volumen hasta caer en una alocada marcha militar.

Esta cómica marcha militar da paso a un apoteósico final que retoma el tiempo de fuga inicial.

Malcolm Arnold.