En 1760 José Celestino Mutis viajó a la Nueva Granada como médico del virrey Pedro Mesía de la Cerda; al concluir el mandato de su superior, optó por quedarse en el virreinato como promotor científico: La flora, la fauna y la gea del trópico americano le habían cautivado.Posteriormente se dedicó a la minería en Vetas, Santander, provincia de Pamplona.Años más tarde, tras haberse retirado a vivir a Mariquita, animado por el Virrey-Arzobispo Antonio Caballero y Góngora realizó una tercera propuesta que le fue aceptada por el ilustrado rey Carlos III, que había estudiado botánica además de otras ciencias, técnicas y artes.Tuvo que retirarse a Bucaramanga por problemas de salud, donde continuó recolectando.Esta expedición resultó ser la más costosa para la Corona de España, y sin embargo fue la que menos publicaciones científicas produjo.No obstante, fue decisiva para el desarrollo de la cultura y la investigación en Colombia.Entre los dibujantes destacan Salvador Rizo y Francisco Javier Matís, que fue calificado por Humboldt como el mejor ilustrador botánico del mundo.Años más tarde, el médico y botánico bogotano José Jerónimo Triana contribuyó decisivamente a la determinación de las especies.La zarina quería un gran diccionario de todas las lenguas conocidas, que llegó a hacerse, y se dirigió a Carlos III para que le facilitara gramáticas y vocabularios de las lenguas americanas.En Nueva Granada, concretamente en Bogotá, se le confió la misión al Padre Mutis, auxiliado por sus fieles Diego de Ugalde, canónigo, y Anselmo Álvarez, presbítero.A José Celestino Mutis se le han dedicado numerosos taxones, principalmente especies vegetales, algunos ejemplos: