Museo Nacional de Suecia

Entre los artistas expuestos se encuentran Perugino, El Greco, Georges de La Tour, Poussin, Rembrandt (El juramento de los bátavos), Rubens, Watteau, Chardin, Goya (La Verdad, el Tiempo y la Historia), Courbet, Renoir, Edgar Degas, Paul Gauguin o también el sueco Carl Larsson, entre otros.Más tarde, la colección se trasladó a un nuevo edificio construido en el centro de la ciudad.Para albergar esta nueva colección la reina Cristina encargó una ampliación del palacio Tre Kronor al arquitecto Nicodemus Tessin el Viejo; asimismo, se confió la tutela de la colección a Johan Holm Leijoncrona, primer director conocido del museo.En el siglo XVIII los nuevos monarcas suecos se resarcieron un poco de estas pérdidas, sobre todo gracias a la labor de Carl Gustav Tessin, hijo del arquitecto real Nicodemus Tessin el Joven, que fue un gran mecenas y coleccionista, e introdujo en Suecia el arte rococó y el gusto por el arte francés.En sus viajes por Europa Tessin adquirió obras de Watteau, Boucher, Chardin, Tiepolo, Canaletto, Piazzetta, entre otros, así como unos 2.000 dibujos.El nuevo museo se instaló en un ala del Palacio Real, encargándose la ordenación y catalogación de la exposición al pintor francés Louis Masreliez.El edificio, en estilo renacentista veneciano, se confía al arquitecto alemán F. A. Stüler, mientras que la selección museística correrá a cargo de Gunnar Wennerberg.Esto fue posible gracias a la Asociación de Amigos del Museo Nacional, fundada en 1911 por iniciativa del director Thorsten Laurin y el entonces príncipe heredero Gustavo Adolfo, que adquirió una importante colección de arte impresionista francés.