Sin embargo, cayó derrotado frente a Margaret Thatcher y su grupo registró el peor resultado desde los comicios de 1918.
Michael nació en Plymouth y fue el quinto de siete hermanos en una familia con tradición política.
El último libro que publicó fue una recopilación de ensayos y artículos periodísticos, The Uncollected Michael Foot (2003).
Su primer medio fue la revista izquierdista New Statesman, donde permaneció pocos meses hasta recalar en el semanario Tribune.
Desde esa publicación apoyó la formación en 1937 del llamado United Front (Frente Unido), una coalición propuesta por Stafford Cripps (fundador del semanario y parlamentario) que intentaba aglutinar al Partido Laborista y el resto de fuerzas de la izquierda británica.
[16] Un año más tarde se marchó de allí, en solidaridad porque su editor fue despedido al negarse a apoyar un Frente Popular antifascista con los partidos conservadores.
[16] Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939, Foot no pudo alistarse en el ejército británico a consecuencia de su asma crónica.
[12] Gracias a la recomendación del parlamentario Aneurin Bevan, Michael Foot fue contratado por Lord Beaverbrook para trabajar en el London Evening Standard.
[18] A pesar de que en 1945 conseguiría entrar el Parlamento del Reino Unido, compaginó la política con la edición del semanario Tribune en dos etapas: una primera desde 1948 hasta 1952, y la segunda de 1955 a 1960, ya sin representación.
[15] Durante toda su carrera luchó contra la creciente dominación corporativa de la prensa, manteniendo una disputa personal con el empresario Rupert Murdoch.
[20] Tan solo un año después fue expulsado del grupo parlamentario laborista por oponerse al aumento del gasto militar, en contra de la disciplina de voto, y no pudo volver hasta 1963, cuando Harold Wilson sucedió en el liderazgo al recién fallecido Hugh Gaitskell.
[3][18] En 1967 fue derrotado por James Callaghan en la elección interna al puesto de tesorero del Labour.
En abril de 1972 se presentó a las elecciones internas para ser Diputado Líder del partido, en competencia con Edward Short y Anthony Crosland.
[22] Cuando Harold Wilson anunció su dimisión en 1976, Foot se presentó a las elecciones primarias para liderar el Partido Laborista.
Aunque su candidatura fue la más apoyada en la primera ronda, acabó siendo derrotada en la votación final por James Callaghan (secretario de Estado para Asuntos Exteriores), quien a la postre se convirtió en el primer ministro.
Los pactos que llegó a tejer con los liberales motivaron algunas reticencias del ala más socialista.
En 1973 viajó a Madrid de forma clandestina para reunirse con la oposición al franquismo, pero fue detenido y posteriormente expulsado.
[26] Este giro motivó una escisión del ala más moderada; el 26 de marzo de 1981, cuatro cargos de alto nivel (Roy Jenkins, David Owen, William Rodgers y Shirley Williams) se marcharon del Labour y fundaron el Partido Social Demócrata (SDP), al que se sumaron 25 miembros parlamentarios laboristas.
[29] En el plano político, la irrupción del SDP significaba la pérdida de sus votantes más moderados, con la consecuente caída en los sondeos.
[3][31] Aunque Foot siempre ha asegurado que esa vestimenta era apropiada, el hecho fue muy criticado incluso entre los suyos.
[31] Los pronósticos electorales seguían siendo positivos para el laborismo, que en 1981 tenían una ventaja de 20 puntos porcentuales sobre los conservadores.
[32] Pero todo cambió en 1982; Margaret Thatcher quedó reforzada entre la opinión pública por la recuperación económica y la victoria del ejército británico en la Guerra de las Malvinas.
Si bien la victoria conservadora parecía asegurada según los sondeos, Foot se mantuvo como candidato para las elecciones de 1983.
En sus últimos años de vida mantuvo un papel destacado en la Campaña para el Desarme Nuclear y se dedicó a la escritura.
El primer ministro del Reino Unido en aquella época, el laborista Gordon Brown, llegó a recordarle como un hombre «firme en sus principios, un idealista apasionado y uno de los portavoces más elocuentes que Gran Bretaña ha tenido jamás».