Heidelberg (ocasionalmente llamada Heidelburgo[2] en español) es una ciudad situada en el valle del río Neckar en el noroeste de Baden-Wurtemberg (Alemania).
En la orilla derecha del río, la montaña Heiligenberg se alza a una altitud de (445 m).
Heidelberg está en una de las regiones más cálidas de Alemania, lo que explica que en algunos jardines lleguen a florecer plantas atípicas del clima centroeuropeo, como el almendro (Prunus dulcis) e incluso sobreviven algunas higueras (Ficus carica); hay también un árbol de olivo (Olea europaea) en una calle.
Las siguientes ciudades y comunas rodean la ciudad de Heidelberg, empezando en el oeste y en el sentido de las agujas del reloj: Edingen-Neckarhausen, Dossenheim, Schriesheim, Wilhelmsfeld, Schönau, Neckargemünd, Bammental, Gaiberg, Leimen, Sandhausen, Oftersheim, Plankstadt, Eppelheim (todas parte del Rhein-Neckar-Kreis) y Mannheim.
Durante todo el año, las temperaturas medias están determinadas por las masas de aire marítimo procedentes del oeste.
En contraste con la cercana llanura Rin Superior, la posición de Heidelberg en el valle conduce a vientos del este más frecuentes que el promedio.
De acuerdo con el servicio meteorológico alemán, Heidelberg fue el lugar más cálido en Alemania en 2009.
Los primeros asentamientos civiles se desarrollaron bajo la protección del campamento.
Los orígenes de la moderna Heidelberg se remontan al siglo V, cuando la aldea Bergheim es mencionada por primera vez en documentos fechados en el año 769.
Se ha especulado que Heidelberg no fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial por el Ejército de los Estados Unidos, porque este quería que Heidelberg sirviera como guarnición después de la guerra.
Entre los pensadores prominentes asociados a la institución figuran Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Karl Jaspers, Hans-Georg Gadamer, Jürgen Habermas, Karl-Otto Apel y Hannah Arendt.
Esta última se compone de nueve ramas especializadas en la religión y la cultura judía.
La Schiller International University, una universidad privada americana, también está representada por un campus en Heidelberg, la cual ofrece varios programas de pregrado y postgrado en las áreas de Comercio Internacional, Relaciones Internacionales y Diplomacia.
Heidelberg figura por encima de la media alemana, tal vez debido al gran número de universitarios que hoy en día están viviendo en Heidelberg y en sus alrededores.
Entre los institutos de segunda enseñanza Gymnasiums se cuentan el Kurfürst-Friedrich, el Bunsen-Gymnasium, el Helmholtz, el Hölderlin-Gymnasium y el Elisabeth-von-Thadden-Schule.
Hay siete Realschule, diez Hauptschule y nueve escuelas vocacionales (las llamadas Berufsschule).
Un regalo famoso es el chocolate llamado Heidelberger Studentenkuß (beso de estudiante).
El Karlstorkino ofrece un programa de arte, clásicos raros y largometrajes.
Entre los museos más prominentes de Heidelberg, son por ejemplo el Museo Carl Bosch, el cual muestra la vida y el trabajo del químico y ganador del premio Nobel Carl Bosch.
En honor de Friedrich Ebert establecieron el monumento conmemorativo del Presidente Friedrich Ebert el cual recuerda la vida del primer jefe democrático de Alemania.
Una reliquia del Romanticismo es el Paseo de los Filósofos (en alemán: Philosophenweg), un pintoresco sendero para caminar en el cercano Heiligenberg, con vistas a Heidelberg.
El centro histórico de Heidelberg está bien conservado y consiste principalmente en una gran zona peatonal en donde se encuentran varias iglesias, como la Heiliggeistkirche («iglesia del Espíritu Santo»), y muchos edificios de estilo barroco.
En el pasado albergó la famosa Bibliotheca Palatina, pero durante la guerra de los Treinta Años robaron la colección de manuscritos e impresos antiguos del príncipe del Palatinado Maximiliano I y se la regalaron al papa.
En esta ciudad Federico III del Palatinado pidió a los jóvenes teólogos Zacarías Ursino y Gaspar Oleviano redactar el Catecismo de Heidelberg como un documento pedagógico en lograr la unidad de doctrina al ver el príncipe un desacuerdo mientras se llevaba a cabo la Santa Cena y de esa manera lograr que las iglesias enseñen las doctrinas Bíblicas sin ninguna diferenciación entre una iglesia y otra del Palatinado.