A veces, en la época fría (octubre-febrero), se cubre de escarcha o nieve y puede verse desde la Ciudad de Quetzaltenango su cono blanco, aunque no es muy común, pero si ocasionalmente caen nevadas.
Se estima que las erupciones del Santa María comenzaron hace unos 30 000 años.
[5] La erupción del volcán lanzó una columna de material que alcanzó 28 kilómetros de altura y formó una nube oscura que cubrió la luz del sol durante varios días.
[6] Es más, la respuesta oficial del gobierno central ante las autoridades quezaltecas fue de declarar no disponibilidad de fondos públicos, ya que recientemente se habían empleado en la ayuda para esa misma ciudad, para los damnificados por los terremotos del mes de abril, por lo cual era imposible atender a la petición.
Por tal razón, la corporación municipal decidió que doscientos pesos se invirtieran en la compra de alimentos para ser repartidos entre los más necesitados.
[5] La población fue afectada en distintas formas: para los indígenas la situación fue verdaderamente catastrófica, ya que no solamente porque perdieron parientes y amigos, sus casas y cosechas, sino que además fueron obligados a trabajar en las labores de reconstrucción.
Desde la cima del Santa María es posible mirar las erupciones en el Santiaguito 1.200 m más abajo.
Estos tipos de crecimiento del domo son descritos por los vulcanólogos como exógeno y endógeno, respectivamente.
Aunque la mayor parte de la actividad eruptiva del Santiaguito ha sido suave, también han ocurrido grandes explosiones ocasionales.
En 1929, parte del domo se derrumbó, generando flujos piroclásticos que causaron la muerte de entre varios miles y 5.000 personas.
El pueblo de El Palmar, ubicado a 10 km de Santiaguito, ha sido destruido dos veces por lahares del Santiaguito, y la infraestructura como las carreteras y los puentes han sido dañados repetidamente.
Los sedimentos de lahar del Santiaguito han afectado ríos durante todo el curso hasta el océano Pacífico.
El posible derrumbamiento del propio Santa María podría representar un riesgo devastador.
No obstante, se cree que esto es poco probable a corto plazo.