De carácter completamente opuesto a su padre, Vicente se distinguió por su prodigalidad, por sus excesos, así como por su amor por el lujo más desenfrenado.
Memorables fueron sus banquetes con bellas damas y las excursiones nocturnas en compañía de amigos, que a menudo terminaban en reyertas.
[2] Rogando perdón a su padre, furioso por el asesinato de su asesor, Vicente fue absuelto.
Sin embargo, dos años después, el matrimonio (sin descendencia) fue anulado,[6] por no haberse consumado nunca probablemente debido a una malformación física de la novia.
El tema se volvió espinoso: los Gonzaga querían que Margarita se fuera mientras que a los Farnesio no les gustaba considerarlo una afrenta y difundían el rumor de que la falta de descendencia se debía a la impotencia del novio.
La joven tenía una madrastra, Bianca Cappello, quien, incitada por demasiados años como favorita del Gran Duque, aprovechó para avergonzar a los nobles de Gonzaga, que la habían despreciado por sus orígenes como cortesana veneciana, y les exigió demostraran fehacientemente las cualidades varoniles del futuro novio.
Testigos presenciales certificaron el resultado del coito noble, verbalizando la erección, apariencia y dimensiones de la "vara ducal" y acompañando el informe con los detalles del interrogatorio al que fue sometida la joven.