[7] Pleve disfrutó de sus años universitarios y en 1894 fundó una beca con su nombre en la universidad; se graduó en 1867.
[8] Pasó catorce años en el ministerio, periodo que coincidió al principio con el ministro ministerio de Konstantín Pahlen, opuesto a algunas de las reformas del sistema judicial aprobadas en 1864, entre ellas la independencia del poder judicial, y conocido por ascender a los funcionarios obedientes con el ministerio e inclinados a cooperar con las autoridades.
[9] Pleve fungió como fiscal capitalino durante dos años, de 1879 a 1881, y tuvo que investigar diversos atentados contra el emperador, Alejandro II.
[11] Se labró en este puesto fama de brillante administrador y policía, que había devuelto la calma al imperio.
[16] Tras la muerte del ministro Tolstói, sin embargo, el zar decidió no nombrarlo para dirigir el ministerio, aunque lo mantuvo como ayudante del nuevo ministro, de capacidades limitadas y que siguió apoyándose en Pleve.
[16] Aún sin contar con un puesto oficialmente importante ni con la confianza del emperador, dirigía en la práctica el ministerio.
[21] Aparentemente más moderado que Bóbrikov,[21] los finlandeses lo recibieron con hostilidad y en la práctica respaldó las medidas de rusificación del gobernador general.
[25] Entre sus colegas de la administración no era querido ni se confiaba en él; era a menudo despreciativo y sarcástico con sus subordinados, pero obsequioso con aquellos que podían facilitar su ascenso.
[28] El zar lo había nombrado descontento por las tímidas medidas represivas de su antecesor asesinado, Dmitri Sipiaguin.
[29] Se nombró a Pleve para que resolviese estos problemas y restaurase el control estatal de la situación.
[2] Los gobernadores provinciales dependían de su ministerio, que contaba además con notable autoridad sobre los zemstvos y ayuntamientos.
[30] Tanto Pleve como Witte admitían la crisis del sistema y la necesidad de reformas, pero su actitud hacia ellas era diferente.
[31] Para Pleve los cambios, necesarios e inevitables, debían ser graduales y estar controlados en todo momento por el Gobierno.
[38] El Gobierno contemplaba por fin alternativas al colectivismo como sistema social de las zonas rurales.
[51] La reforma propuesta por la comisión de Pleve nunca llegó a aprobarse,[52] pero sí lo fueron medidas parciales con el mismo objetivo.
[54] El Consejo, además, era puramente consultivo y carecería de poderes para limitar la acción del ministerio.
[55] Las escasas concesiones de Pleve a los zemstvos hacían que ni siquiera la oposición más moderada quedase satisfecha con ellas.
[60] Este sentimiento de odio hacia la población judía, común entre la administración rusa, lo compartía el propio monarca.
[59] El Gobierno favorecía la represión de la población judía, tendencia que Pleve toleraba y respaldaba.
[59] El antisemitismo oficial se convertía, entre la población, en justificación y acicate a los ataques contra los judíos.
[60] Como ministro, tuvo que enfrentarse principalmente al nacionalismo de tres minorías: la judía, la armenia y la finlandesa.
[61] Para Pleve, como para muchos otros funcionarios del imperio, los judíos constituían una raza superior en industria, ambición o habilidad que suponía una amenaza.
[68] La política hacia Finlandia, defendida abiertamente por Pleve, resultó un fracaso: ni acabó con el separatismo en la región ni reforzó al Estado, consecuencias que el propio Pleve tuvo que acabar admitiendo.
[74] Los inspectores además no siempre se mostraban capaces o dispuestos a corregir los abusos empresariales.
[81] Por otro lado, Pleve temía que estas organizaciones pudiesen descontrolarse y convertirse en focos de oposición al Gobierno.
[88] La marcha de Zubátov dejó a Pleve temporalmente sin alternativa ante el problema del proletariado urbano.
[90] Pleve tuvo un papel secundario pero importante[91] en los acontecimientos que condujeron a la guerra ruso-japonesa.
[100] Así, mientras la policía hacía progresos en su lucha con los revolucionarios, extendiendo su organización por el país, aumentando la vigilancia y deteniendo no solo a Grigori Gershuni y a parte de la Organización de Combate Socialrevolucionaria, sino a otras células revolucionarias en varias ciudades del imperio, Azef preparaba el asesinato de Pleve.
[102] Cada vez más bajo sospecha de los socialrevolucionarios, Azef decidió deshacerse del ministro para garantizar su propia seguridad.
[108] Su muerte, para sorpresa de algunos observadores, fue poco lamentada,[106] incluso por los partidarios del régimen autocrático, entre los que Pleve se había ganado numerosas enemistades.