Un año más tarde, se le transfirió a San Petersburgo para realizar funciones especiales en la Guardia Imperial.
En este manifiesto, el zar decretaba que las leyes del Imperio prevalecerían sobre las de Finlandia.
En 1901 se suprimió el Ejército finlandés, lo que supuso que, a partir de ese momento, los reclutas finlandeses podían verse obligados a servir con el Ejército ruso en cualquier parte del imperio.
En 1905 se abolió el reclutamiento obligatorio puesto que los finlandeses fueron considerados como poco fiables desde un punto de vista militar.
[1] En 1903 Bóbrikov recibió del zar poderes dictatoriales de modo que, a partir de ese momento, podía destituir a los funcionarios del Gobierno y prohibir los diarios.