Esta labor es especialmente significativa pues, como se ha afirmado por estudiosos, la tauromaquia no es solo elemento distintivo de la cultura hispana sino constitutivo, según destaca el catedrático de Literatura Gonzalo Santonja, realidad que corrobora con sus descubrimientos documentales en archivos.
Ya en las últimas décadas del siglo XIX hubo notables estudiosos que fueron a la vez bibliófilos de nombradía, el más señalado fue don Luis Carmena y Millán, que publicó en tirada limitadísima el Catálogo de su biblioteca, adquirida íntegra por el filántropo norteamericano Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society of America.
En las primeras décadas del siglo XX se fue incrementando el número de aficionados bibliófilos, coincidiendo con la llamada «Edad de Oro» del toreo, protagonizada por José Gómez Ortega, «Joselito» y Juan Belmonte.
Con el paso de las décadas, hubo en España un mayor acceso a formas culturales, progreso material en lo relativo a la producción de las imprentas y sobre todo un gran ambiente social favorable a las corridas de toros, pues solo competían como espectáculo popular con el teatro y el cine, en las casas la única distracción llegaba por la radio y el fútbol no era todavía el gran espectáculo de masas en que se convirtió después.
En la segunda época son más profesionales liberales y empresarios, además de personas procedentes del mundo académico como profesores o estudiosos.
Por muestra, en su riquísima biblioteca conservaba los dibujos originales de la Tauromaquia de Antonio Carnicero, hoy en la Real Academia Española tras donar a ella la biblioteca su viuda, doña María Brey.
El perfil de asociado ha cambiado algo y aunque permanecen miembros vinculados directamente de algún modo al mundo del toro, hay, como referimos, empresarios, profesionales liberales y, sobre todo, están más presentes estudiosos o al menos se manifiestan más en sus aportaciones a la UBT.
Son los casos de Jesús María García Añoveros, Víctor Pérez López o José Campos Cañizares, cada uno desde perspectivas distintas, el primero historiador generalista de mentalidades con respecto al toro, el segundo historiador localista de festejos (Madrid) y el tercero analista del toreo caballeresco y su evolución.
Una de las últimas incorporaciones notables en este sentido es la del catedrático Gonzalo Santonja, al que se deben las aportaciones más notables a la historia de la tauromaquia en los últimos años desde perspectiva documental.
Contándose con 88 asociados en 2011, en mayo de 2024 la UBT cuenta con 132 asociados en una evolución ascendente muy continuada, debiendo destacarse en los últimos años a asociados/as jóvenes o a algún nuevo miembro de especial relevancia como la gran aficionada Yolanda Fernández Fernández-Cuesta.