Tuberculosis de los mamíferos

El agente causal aislado con mayor frecuencia en animales domésticos es M. bovis y en segundo lugar, en un grado mucho menor, M. caprae, siendo la prevalencia de la infección por las demás especies muy baja en comparación con las anteriores.[4]​ Mycobacterium bovis, así como las demás especies comprendidas en el complejo M. tuberculosis, es un bacilo ácido-alcohol resistente, Gram-positivo, aerobio, inmóvil, no esporulado y de crecimiento lento, capaz de sobrevivir durante meses en el medio ambiente, incluido en la familia Mycobacteriaceae.[16]​ Gracias a estos marcos reglamentarios países como República Checa (2002), Alemania (2005), Suecia (2005), Lituania (2010), Suiza (2014), Eslovenia (2015), Malta (2018), entre otros, han conseguido la erradicación de la enfermedad.[20]​ En España, según el Real Decreto 2611/1996,[18]​ los rebaños se califican en: El 96,93% tiene una calificación tipo T3, y el 98,08% fueron negativos en la última prueba de diagnóstico realizada en 2021.[20]​ Estos datos tan dispares son principalmente debidos a las diferencias en los sistemas de producción bovina.[21]​ El sistema extensivo en el que se basa la producción cárnica en España, especialmente en Extremadura y Andalucía, hace mucho más difícil la erradicación de la enfermedad.Si la vía de entrada ha sido otra (como, por ejemplo, la digestiva) se pueden observar complejos primarios en otras localizaciones.[24]​[25]​[26]​ En este momento se pueden producir dos situaciones: En el primer caso el animal no adquiere inmunidad total frente al patógeno, pero sí cierta inmunidad específica de tipo celular que evita la diseminación linfática y/o hematógena, pero que aun así permite la diseminación en el propio órgano infectado.[25]​ En el segundo caso, la diseminación se produce vía linfática y/o hematógena, permitiendo el desarrollo de nódulos granulomatosos en diferentes localizaciones (riñón, bazo, hígado, linfonódulos, útero, encéfalo y pericardio)[25]​ debido a una respuesta inmune totalmente ineficaz que conduce al animal, en última instancia, a la muerte, aunque esta es poco común.La reacción inflamatoria será medida otra vez a las 72 ± 4 horas post-inyección y se anotará el resultado según lo establecido en la Directiva 64/432/CEE.En este caso se considerará positivo a todo animal que no cumpla las condiciones correspondientes al resultado negativo.Todo animal positivo a la prueba de IDTB simple deberá ser sacrificado según lo dispuesto por el Real Decreto 2611/1996[18]​.[39]​ Entre las pruebas serológicas existen distintas opciones: En animales positivos a las pruebas de IDTB e IFN-γ y en aquellos órganos que presenten lesiones compatibles con tuberculosis en la inspección en el matadero se debe realizar una toma de muestras para su envío al laboratorio donde se realizará la identificación del agente etiológico.Para garantizar la conservación de las muestras, se deben refrigerar a 4 °C y ser llevadas al laboratorio en menos de 24-36 horas; en el supuesto que no fuera posible, deben congelarse a -20 °C y enviarse lo antes posible al laboratorio.El transporte y manipulación de las muestras debe llevarse a cabo según lo estipulado en el Real Decreto 664/1997.Estos son incubados en una estufa a 37 °C y revisados cada 15 días durante un periodo de tres meses.La fluoresceína es medida por un fotodetector de forma automatizada por un equipo que refleja el resultado del cultivo como positivo o negativo.Este método tiene una especificidad cercana al 100%, lo que permite obtener resultados fiables de forma inequívoca.[45]​ El genoma de las bacterias incluidas en el complejo M. tuberculosis presentan secuencias repetidas en tándem denominadas regiones satélite.Por ejemplo, si se observa que una granja recién infectada lo está por una micobacteria con la misma secuencia que una ya infectada y próxima a esta, se puede determinar el origen de esa infección y analizar de una manera más eficiente como evitar más casos como ese ocurran en un futuro.
Cultivo sólido Lowëstein-Jensen para crecimiento específico de micobacterias