Otra confusión surge del uso del término erradicación para referirse a la eliminación total de un patógeno dado de un individuo (también conocido como eliminación de una infección), en particular en el contexto del VIH y algunos otros virus en los que se buscan esas curas.
La selección de las enfermedades infecciosas para su erradicación se basa en criterios rigurosos, ya que las características biológicas y técnicas determinan si un organismo patógeno es (al menos potencialmente) erradicable.
Debe disponerse de una intervención eficiente y práctica (como una vacuna o un antibiótico) para interrumpir la transmisión del agente infeccioso.
[3][4] Hasta ahora, se han erradicado con éxito dos enfermedades: una que afecta específicamente a los humanos (viruela) y otra que afecta a una amplia gama de rumiantes (peste bovina).
También hay cuatro programas en curso, dirigidos a la poliomielitis, el pian, la dracunculiasis y la malaria.