La calcificación distrófica tiende a aparecer en tejidos isquémicos o alterados, en necrosis, exudados retenidos y arteriosclerosis.
En estos tejidos disminuye el pH, siendo la respuesta fisiológica del organismo el precipitar calcio para neutralizarlo; esta calcemia llega a estar dentro de los límites normales.
El problema, es que esta calcificación persista en el tiempo osificándose, puede encontrarse en grandes masas y pueden ser intra o extra celulares.
Su localización más frecuente el instersticio de la mucosa gástrica, los riñones, los pulmones, las arterias sistémicas y las venas pulmonares.
El aspecto morfológico es semejante al descrito en las calcificaciones distróficas y aunque generalmente no producen disfunción orgánica, la afectación masiva de los pulmones y los riñones puede ser causa de insuficiencia respiratoria aguda o insufiencia renal.