Las principales fuentes económicas el municipio son la agricultura, la ganadera, la industria avícola, y la piscícola.
Tena posiblemente pertenece a la lengua general Muisca y presenta los vocablos te-teib-tei "boquerón, grieta, apertura en la tierra de forma alargada y redondeada como una boca", n "en, de", a "suyo, suya".
Fue Gonzalo Jiménez de Quesada quien al contemplar la similitud del lugar con el valle de Tena en España decidió asignarle este nombre a todo el valle, pasando a denominarse por algún tiempo Tena-zucá.
Sin embargo, el actual territorio no es el mismo donde preexistía el pueblo de indios en 1548.
Clemente Alguacil compró los terrenos a la Corona española, quién se había hecho de los terrenos dejados por los jesuitas, y en 1785 edificó la Iglesia parroquial en su ubicación actual y en un modesto barroco español, pues la anterior había sido una capilla pajiza arruinada para aquella época, y consagró tanto la iglesia como toda la hacienda a Nuestra Señora del Rosario.
El asentamiento en el que fue construido el municipio se conformó en parroquia durante el siglo XIX, en 1818, como congregación de blancos.
A comienzos del siglo XVIII la población se había trasladado varias cuadras al sur, donde se encuentra la actual plaza del poblado, y ya para el Siglo XX parte de este sitio resultó inestable por deslizamientos del terreno, derrumbando varias casas y edificaciones, lo que obligó a la gente que perdió sus viviendas a invadir terrenos de la antigua plaza de la Hacienda, abandonada por sus propietarios algunos años atrás.
Por el costado Sur pasa el río Bogotá, y además cuenta con la quebrada La Honda, que cruza por el cerro Santo Domingo.
Tena está delimitado por los siguientes municipios: Edificios notables son: Patrimonio natural y turismo ecológico: