Afaya está identificada con la ninfa cretense Britomartis por Pausanias[2] y Antonino Liberal.Ella intentó escaparse lanzándose al mar, pero fue recogida por las redes de un pescador egineta.El templo de Afaya está instalado en la cima de una colina donde se rendía, a partir del siglo XIII a. C., culto a una divinidad femenina, como lo indican las estatuillas femeninas micénicas encontradas en el sitio.El altar, que tenía doce metros de ancho, estaba, como era usual, en el exterior del templo, al este.Tres edificios se sucedieron en la cima de esta colina arbolada: un santuario que data del fin del siglo VII a. C. o principios del VI; un edificio más grande que data de 570-560 a. C. y destruido por el fuego; y por fin, el templo actual, erigido entre 500 y 450 a. C., seguramente tras la batalla de Salamina.El templo habría sido abandonado después de la expulsión de los eginetas por los atenienses en 431 a. C. Durante mucho tiempo, se consideró que un templo tan bello no podía estar consagrado más que a Zeus Panhelenio, opinión que prevalecía a principios del siglo XIX en Occidente, influida por la cultura latina.El sekos (el interior) estaba (según los cánones arquitectónicos) dividido en dos: un naos (o cella) con su pronao y un opistodomos con dos columnas in antis.Se ven aún en las columnas las huellas de la reja que cerraba el templo.Rastros de pintura (capa roja estucada sobre el suelo del sekos por ejemplo) son visibles aún en algunas partes.El modo en que se desarrolló este descubrimiento es muy representativo del funcionamiento arqueológico de la época.Cuando el trabajo del día finalizaba, los corderos eran asados sobre un gran fuego, había luego, acompañados de música indígena, cantos y bailes.Observó «un fenómeno de lo más curioso que había escapado a James Stuart y al más preciso de los observadores, en efecto, es tan delicado que si no se mide, no es discernible a simple vista».[8] Este fenómeno es la éntasis o corrección de la ilusión óptica que da un aspecto cóncavo a las columnas.Por tanto, el trabajo arqueológico podía ser bastante científico, cuando no se trataba de tesoros artísticos.El frontón este representa un combate del asedio de Heracles contra Laomedonte.Este presenta más de una herida en el pecho y ha perdido su casco, que otro griego le trae.Más lejos, Heracles, reconocible por su piel de león, lanza sus flechas hacia el ejército troyano.[11] Una reconstrucción del frontón este puede ser vista en la página web de Perseus.[11] Una reconstrucción del frontón oeste puede ser vista en la página web de Perseus.La transición entre el estilo arcaico y el clásico se ve principalmente en el frontón este.Los fragmentos del primer frontón que han sido encontrados están aún caracterizados por la célebre sonrisa arcaica.
Templo de Afaya: los dos pisos.
Plano (antiguo) del santuario (
Guide Joanne
1911, según Furtwangler).
Reconstrucción de la decoración
policroma
de algunas estatuas del
frontón
occidental del templo (Exposición «Bunte Götter», Múnich, 2004).
Detalle del frontón oeste del templo de Afaya:
Atenea
en el centro,
Áyax
a su derecha (portando un escudo) y un
troyano
a su izquierda (mármol de
Paros
, h. 490-480 a. C.
Restauración (con las intervenciones de Thorvaldsen) de lo que se imaginaba ser el frontón al fin del siglo
XIX
.
Los frontones de Afaya tal y como están presentados en Múnich: arriba el frontón este, abajo el frontón oeste.