Tenía capacidad para unos 7000 espectadores, y estuvo en uso hasta el siglo III, a partir del cual se superpusieron varias edificaciones.
El teatro fue dedicado a Lucio César y Cayo César, príncipes de la juventud y nietos de Octavio Augusto, cuyos nombres aparecen en dos grandes dinteles de mármol gris situados sobre los accesos oriental y occidental del teatro.
Fue descubierto casualmente cuando se comenzó la construcción del Centro Regional de Artesanía.
Al haber estado cubierto por sucesivas capas de ocupación (bizantina, andalusí, bajomedieval...) el teatro estaba oculto y no se tenía ninguna constancia de su existencia.
Hasta el año 2020 no se concluirá la restauración del pórtico.
Estaba excavado casi totalmente en la roca, aprovechando la ladera norte del monte del Castillo de la Concepción, correspondiendo al tipo clásico de teatro apoyado en ladera, en la que quedan recortadas las partes inferior y central de la cávea, si bien los cuerpos laterales del edificio se apoyarían en galerías abovedadas.