El gobierno británico había decidido capturar la flota danesa para evitar que terminara cayendo en manos de Napoleón, y atacó Copenhague sin declaración de guerra previa.
En aquellas fechas, el ejército danés, bajo el mando del príncipe Federico, defendía las fronteras del sur contra posibles ataques franceses, por lo que la defensa de Copenhague se encontraba extremadamente limitada.
El día 7, el general danés Peymann rindió tanto la ciudad como la flota (18 navíos, una fragata, una barcaza, dos barcos, dos corbetas, 7 bergantines artillados, 2 bergantines, una goleta y veinticinco cañoneras) a las abrumadoramente superiores fuerzas británicos y de Hannover, estas bajo el mando del general Lord Cathcart.
Además fueron destruidos tres navíos de 74 cañones que se encontraban en los astilleros, junto con dos de los navíos antes citados, la fragata y la barcaza.
De los buques que llegaron a Inglaterra, solo 4 (Christian VII 80, Dannemark 74, Norge 74 y el Princess Carolina 74) pudieron prepararse para entrar en servicio.