El Señorío de Haro fue creado en 1093, con la donación de la villa de Haro en la Comunidad Autónoma de La Rioja (España) por parte de Alfonso VI de Castilla a Diego López I de Haro, señor de Vizcaya, quien incorporó el topónimo de la villa a su apellido.
[1] Muchos fueron los cambios de manos de este, recayendo en los reyes de Castilla o sus familiares, hasta la conversión en 1430 del señorío en el condado de Haro, entregado a Pedro Fernández II de Velasco.