El infante Jaime de Castilla nació en 1267.
[3] Cuando comenzó la guerra civil en el reino de León y de Castilla entre Alfonso X el Sabio y su hijo, el infante Sancho, el infante Jaime se posicionó en un primer momento en el bando de su hermano.
Sin embargo, en marzo de 1283, abandonó al infante Sancho y volvió al servicio de su padre el rey.
[5] Alfonso X el Sabio, como premio por haber vuelto a su servicio, le concedió en su testamento el reino de Murcia, con la condición de que fuese vasallo del reino de León y de Castilla, que el rey legaba a su nieto Alfonso de la Cerda, hijo del fallecido infante Fernando de la Cerda.
No existe constancia de dónde recibió sepultura su cadáver.