Pedro Fernández de Velasco (1399-1470)

Su influencia en la Baja Edad Media castellana fue significativa, acumulando importantes dominios y contribuyendo al fortalecimiento del linaje Velasco.Inicialmente, su relación con la Corte fue ambigua, pero su apoyo a la monarquía se consolidó rápidamente, especialmente en torno al rey Juan II de Castilla y su favorito, el influyente Álvaro de Luna.A pesar de los conflictos con Luna, Fernández de Velasco se esforzó por no comprometer su lealtad al rey, buscando un equilibrio entre sus propios intereses y su fidelidad a la corona.La victoria en Olmedo consolidó aún más su posición en la corte y destacó su compromiso con la defensa de la autoridad real.Este periodo fue marcado por la inestabilidad política y los constantes conflictos entre facciones nobiliarias, que cuestionaban la autoridad del monarca.En 1462, Enrique IV le otorgó el título de condestable de Castilla, el segundo cargo militar más alto después del propio rey, que también incluía funciones diplomáticas y judiciales.Estos dominios, distribuidos en varias regiones estratégicas, le otorgaron un notable poder económico, militar y social, lo que le permitió afianzar su estatus en la corte y consolidar el legado de su familia.Entre los principales señoríos que poseyó se encuentran: Estos dominios estaban ubicados en puntos estratégicos que le permitieron ejercer una notable influencia en Castilla la Vieja y consolidar la presencia de la Casa de Velasco en importantes regiones del reino.Además de su relevancia territorial, estos señoríos le proporcionaban recursos económicos que financiaron su papel como condestable de Castilla y sus actividades en la corte, así como su capacidad para actuar como mecenas y protector de instituciones religiosas.[2]​ El hospital contaba, además, con una biblioteca especializada en textos religiosos y sagrados, cuidadosamente seleccionados por el propio conde.Esta colección de libros y códices permaneció en el hospital durante casi trescientos años, convertida en una de las bibliotecas religiosas más importantes del periodo medieval en Castilla.[4]​[página requerida] La fundación del hospital de la Vera Cruz y su biblioteca constituyen un ejemplo destacado de cómo la nobleza medieval ejercía su influencia no solo en el ámbito político, sino también en el cultural y espiritual, contribuyendo al desarrollo de instituciones que promovían la educación y el bienestar en sus dominios.La obra fue editada en 1992 por la profesora Nancy F. Marino, quien destacó su importancia como testimonio de las complejas alianzas y rivalidades que caracterizaban la nobleza castellana de la primera mitad del siglo XV.