Mencía de Mendoza y Figueroa
[1][2][3] Nació en el seno de una familia castellana, noble por ambas partes.Aunque no se conoce la fecha exacta de su nacimiento, se calcula que nació en 1421 pues en su tumba pone que murió con setenta y nueve años.Levantada sobre una capilla anterior dedicada a san Pedro, las obras se realizaron entre 1482 y 1496.[3] Cuando en 1492 falleció el condestable, su viuda tuvo que litigar con su hijo Bernardino.Serían Diego de Siloé y Felipe Bigarny quienes concluirían los retablos, introduciendo en ellos los aires renacentistas.[3] Seis años se emplearon en construir la Casa del Cordón, entre 1476 y 1482, destinada a palacio de los condestables en Burgos.La Casa del Cordón estaba llamada a convertirse en el palacio real de Burgos durante el reinado de los Reyes Católicos y los primeros Habsburgo.En ella se alojaron Carlos I y, más tarde, Felipe II en sus visitas a Burgos.Algunos autores, Pereda Espeso entre ellos, opinan que sus rasgos en la escultura «son completamente estereotipados».[2] Su actividad como mecenas fue incontestable, aunque solo recientemente ha merecido un estudio como figura singular, independiente de la de sus hermanos, el I duque del Infantado y el gran cardenal Mendoza.