Rugby y apartheid

Debido al apartheid (1948–1992), en 1964 el Comité Olímpico Internacional le prohibió a Sudáfrica participar de eventos deportivos.

El racismo afectó no solo a los sudafricanos negros, sino también a: los maoríes neozelandeses, los aborígenes australianos y las selecciones de Fiyi, Samoa y Tonga; que quedaron totalmente prohibidas de visitar la nación.

En 1963 el australiano Lloyd McDermott, aborigen, se negó a realizar una gira por Sudáfrica con los Wallabies.

John Vorster tomó el lugar de Verwoerd como primer ministro en 1966 y declaró que Sudáfrica ya no dictaría a otros países cómo deberían ser sus equipos, esto no marcó el fin de las políticas deportivas racistas.

En 1976 el gobierno sudafricano cedió y permitió que un equipo All Black de raza mixta hiciera una gira por la nación.

En septiembre Sudáfrica debía jugar en la ciudad estadounidense de Chicago, contra las Águilas y para evitar protestas se disputó en secreto; condujeron 124 km a Racine y jugaron delante de 247 espectadores, ganando 46–12.

[4]​[5]​ En 1986 se permitió que las estrellas sudafricanas; Naas Botha, Carel du Plessis, Burger Geldenhuys, Danie Gerber y Flippie van der Merwe; participaran del Centenario de la World Rugby.

[6]​ Pocos días más tarde, se llevó a cabo una «gira rebelde» no autorizada por el gobierno; los New Zealand Cavaliers.

De los 30 jugadores que habían sido seleccionados, solo David Kirk y John Kirwan no se unieron a los Cavaliers.

En los años 1980, cuando las sanciones internacionales contra el racismo se endurecieron más, los Leones Británicos e Irlandeses (1980), Sudamérica XV (1980 y 1982), las selecciones de Francia (1980), Irlanda (1981), Inglaterra (1984) y los All Blacks; eludidos como New Zealand Cavaliers; (1986), e incluso World XV (1989): visitaron el país.

La controversia causada por este asunto, significó que no regresaron allí sino recién hasta su gira de 1997.

Los partidos posteriores vieron la llegada del alambre de púas y la policía antidisturbios.

[10]​ La Unión Soviética se opuso fuertemente al régimen del apartheid y la Gran Enciclopedia Soviética declara que el rugby es popular en Australia, Francia, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Rumania; pero no hace ninguna mención de Sudáfrica.

En un momento dado, el Kremlin amenazó con establecer una Federación rival, pero los rumanos, con quienes los franceses han tenido buenas relaciones durante mucho tiempo, apoyaron a Francia.

URSS en Toulouse, pero una vez más los galos se mantuvieron firmes y los soviéticos jugaron, cayendo 29-7.

Sabes que debemos hacer cambios hacia un acuerdo multirracial, no para aplacar o complacer a la opinión extranjera, sino porque es lo correcto y lo justo.

Con razón o sin ella, le ha asestado un duro golpe a la imagen del rugby, de la que tal vez nunca se recupere realmente.

[15]​El famoso comentarista escocés, Bill McLaren, dedica un capítulo entero al tema en su autobiografía, Talking of Rugby, titulada «Barred from the International Feast».

Durante el torneo los Springboks tuvieron un nivel muy alto, un negro integró el plantel (Chester Williams) y consiguieron la victoria final con todos los puntos de un judío (Joel Stransky).

All Blacks vs. Springboks, en 1981.
El presidente Pieter Willem Botha fue un feroz racista y defensor del régimen.
Agentes policiales formando un perímetro alrededor del Eden Park , durante la visita sudafricana a Nueva Zelanda de 1981.
El All Black John Kirwan se negó a jugar en Sudáfrica.
Sudamérica XV vs. Springboks, en 1982.
El All Black Chris Laidlaw fue un crítico feroz del apartheid.
La Unión Soviética se opuso firmemente al apartheid.
El presidente Nelson Mandela remendó las tensiones raciales.
Clint Eastwood dirigió la película Invictus .