Fue el tercer hombre negro en ser convocado al equipo nacional luego de Errol Tobias y su tío Avril Williams.
Mandela dio todo su apoyo a los Springboks y fueron vistos como representantes de toda Sudáfrica, despertando un fuerte nacionalismo en los sudafricanos, a medida que el equipo avanzaba en el torneo.
Finalmente jugaron la final contra los All Blacks, quienes eran claros favoritos por el tremendo desempeño en el torneo y con jugadores como el apertura Andrew Mehrtens y principalmente Jonah Lomu en sus filas.
La final se disputó en el estadio Ellis Park de Johannesburgo; es recordada por el acercamiento de los Springboks durante el Haka y por ser la primera vez en un mundial que se jugó un tiempo extra.
En un partido muy parejo que finalizó en un empate a 12 y de mucha tensión, los tres puntos del drop de Joel Stransky dieron la victoria sudafricana en tiempo suplementario, 15-12.