Australia integró el Grupo C, considerado el de la muerte, junto con las potencias de los Dragones rojos, los Pumas y la dura Samoa.
Los Wallabies tuvieron la mejor defensa del campeonato, recibiendo solo 55 puntos: 19 de Argentina (máximo) y no permitiéndole anotar tries a Nueva Zelanda (único equipo).
[1] Su partido contra Irlanda es considerado el mejor del torneo.
El triunfo hizo leyendas del deporte a Campese, Lynagh y Poidevin.
Al siguiente año de la consagración, las estadísticas de RA mostraron que 125.000 niños se habían sumado al rugby en el país.