El romance planetario es un subgénero de la ciencia ficción o fantasía científica en el que el grueso de la acción consiste en aventuras en uno o más exóticos planetas alienígenas, caracterizados por distintivos contextos físicos y culturales.
La Enciclopedia de ciencia ficción menciona dos limitaciones en referencia al uso del término romance planetario.
La narrativa popular (romance pulp) de escritores como H. Rider Haggard y Talbot Mundy representaba personajes audaces en un ambiente exótico y "mundos perdidos" como regiones inexploradas de América del Sur, África, Oriente Medio o el Lejano Oriente.
[2] Aunque distintos escritores han utilizado el romance planetario como un medio para expresar una amplia variedad de posiciones políticas y filosóficas, un tema constante es el encuentro entre civilizaciones extraterrestres, su dificultad para comunicarse y los frecuentes desastres que siguen.
El romance planetario se caracteriza más por ser influenciado por obras como Una princesa de Marte, si bien más moderno y con mayor conocimiento tecnológico, en tanto que las obras de espada y planeta imitan de manera más directa las convenciones establecidas por Burroughs en la serie marciana, con un protagonista humano que es transportado a otro planeta en el que existen civilizaciones relativamente premodernas.
Hay muy poca aventura de capa y espada en las historias de Moore, que se centra preferentemente en las tensiones psicológicas, en particular sobre el temor y la fascinación por lo desconocido, que aparece como elemento tan peligroso como erótico.
Brackett introduce a un terrícola embelesado por el encanto romántico de las mujeres involucradas en estas intrigas.
Si bien ambas historias son space opera, solo la de Brackett es un romance planetario.
Dada la hibridación recíproca entre el romance planetario y la space opera, es difícil clasificar numerosas historias en uno o el otro género.