Henneberger vendió a Lansinger su participación en la editorial, Rural Publishing Corporation, y refinanció la revista, con Farnsworth Wright como nuevo editor.
La revista tuvo más éxito con Wright al frente y, a pesar de algunos reveses financieros ocasionales prosperó durante los siguientes quince años.
Otros autores populares fueron Nictzin Dyalhis, E. Hoffman Price, Robert Bloch y H. Warner Munn.
Aunque siguieron apareciendo algunos nuevos autores y artistas de éxito, como el escritor Ray Bradbury y el dibujante Hannes Bok, los críticos consideran que la revista decayó bajo la dirección de McIlwraith desde su apogeo en los años 1930.
Está considerada por los historiadores de la fantasía y la ciencia ficción como una leyenda en el campo.
[3] Durante años las revistas pulp tuvieron éxito sin restringir su contenido de ficción a ningún género específico, pero en 1906 Munsey lanzó Railroad Man's Magazine, la primera que se centró en una temática en particular.
[6][7] Henneberger eligió a Edwin Baird, que estaba al cargo de Detective Tales, como editor de Weird Tales; Farnsworth Wright fue el primer corrector y Otis Adelbert Kline también trabajó en la revista, ayudando a Baird.
Henneberger decidió vender ambas revistas a Lansinger e invertir el dinero obtenido en Weird Tales.
August Derleth también prestó asistencia y asesoramiento, aunque no tenía una relación formal con la revista.
Margulies adquirió los derechos Weird Tales y Short Stories con la intención de relanzarlas.
Como resultado, se vendieron pocos ejemplares y los distribuidores no le pagaron a Forbes.
Mark Monsolo era el editor de ficción, pero Garb continuó como director editorial; Lamont ya no estaba involucrado con la revista.
[43][44] El tamaño era igual que la versión pulp original, aunque estaba impreso en papel de mejor calidad.
Para ahorrar dinero se cambió el formato a un tamaño más grande, a partir del número de invierno 1992/1993, pero la revista siguió con problemas financieros y los números se publicaron de forma irregular los años siguientes.
El acuerdo para los derechos fue llevado a cabo por los guionistas Mark Patrick Carducci y Peter Atkins.
[45] En 1997 no apareció ningún número, pero en 1998 Scithers y Schweitzer negociaron un acuerdo con Warren Lupine de DNA Publications que les permitió comenzar a publicar Weird Tales bajo licencia una vez más.
[7] Edwin Baird, el primer editor de la revista, no fue una buena opción para el puesto, ya que no le gustaban las historias de terror; su experiencia se centraba en la ficción sobre crímenes, y la mayor parte del material que adquirió era insulso y poco original.
[67] Durante el año siguiente, Wright creó un grupo de escritores regulares, como Long y La Spina, y publicó muchos relatos de escritores que permanecerían como colaboradores habituales con la revista durante la década siguiente o más.
En abril de 1925, apareció el primer relato de Nictzin Dyalhis, «When the Green Star Waned»; aunque Weinberg la considera muy anticuada, estuvo muy bien considerada por entonces, catalogada por Wright en 1933 como el relato más popular publicado hasta entonces en la revista.
[66] Robert Bloch, que sería popularmente conocido como el escritor de la novela Psicosis (Psycho) posteriormente llevada al cine con gran éxito por Alfred Hitchcock, comenzó a publicar historias en Weird Tales en 1935; este era un fan del trabajo de Lovecraft y le pidió permiso para incluirlo como personaje en uno de sus relatos, y para matarlo posteriormente.
[N 9] Otros colaboradores habituales fueron Paul Ernst, David H. Keller, Greye La Spina, Hugh B. Cave y Frank Owen, quienes escribieron fantasías situadas en una versión imaginaria del Extremo Oriente.
[99] En el caso de Howard, no existían relatos disponibles, pero otros escritores como Henry Kuttner le proporcionaron material similar.
[101] En 1939 aparecieron dos amenazas más serias, ambas lanzadas para competir directamente por los lectores de Weird Tales.
Los lectores pro ciencia ficción eran mayoría, y como Wright estaba de acuerdo con ellos, continuó incluyendo este género en la revista.
Unknown publicó muchos relatos exitosos de fantasía humorística, y McIlwraith respondió incluyendo material humorístico, pero las tarifas que pagaba Weird Tales a los autores eran inferiores a las de Unknown, con los consiguientes efectos sobre la calidad.
[109] Sin las reimpresiones, Weird Tales tuvo que sobrevivir a base de los relatos rechazados por Unknown.
[25] En opinión de Ashley, la revista se hizo más consistente en cuanto a su calidad, no peor; Ashley comenta que «aunque los números editados por McIlwraith rara vez alcanzan los puntos culminantes de Wright, tampoco alcanzaron los mínimos».
[114] Hannes Bok, cuya primera portada había aparecido en diciembre de 1939, se trasladó a Nueva York y se unió al personal artístico de la oficina por un tiempo, aunque después acabó marchándose debido a los bajos salarios.
Weinberg sostiene que gran parte del material publicado por la revista nunca habría aparecido si esta no hubiera existido.
Los tres primeros libros de bolsillo editados por Lin Carter valían 2,50 dólares y el cuarto 2,95.