Gernsback incluyó una sección en Amazing Stories que incluía un apartado de cartas al director, que condujo a la creación del fandom de ciencia ficción organizado, pues los fanes pudieron entrar en contacto entre ellos gracias a las direcciones publicadas en la sección.
Solo ocho revistas de ciencia ficción y fantasía sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial.
Empezaron a aparecer revistas en formato digest hacia finales de la década, como Other Worlds, editada por Raymond A. Palmer.
A finales del siglo XIX, aparecieron en las revistas estadounidenses relatos con un contenido reconocible como ficción científica.
[10] Dos años más tarde Gernsback lanzó otra revista, titulada Practical Electrics, y en 1924 envió una carta a sus suscriptores sugiriendo una revista que publicaría solo ficción científica, pero que tuvo escasa respuesta y Gernsback archivó el proyecto.
Weird Tales tenía la intención de proporcionar un mercado para la fantasía y la weird fiction y Henneberger estaba interesado en obtener material lo suficientemente inusual como para que no pudiera ser vendido a las revistas pulp del momento.
La revista rápidamente comenzó a mejorar, tanto en apariencia como en calidad, ya que Wright apoyaba talentosos escritores de fantasía como Robert E. Howard y H. P.
[19] La primera, Tales of Magic and Mystery, apareció en 1927 y duró solamente cinco números; se especializó en historias sobre magia, incluida una serie sobre Houdini, pero fue un fracaso financiero y ahora se recuerda sobre todo por haber publicado «Cool Air» (Aire frío), un relato de Lovecraft.
La otra fue Ghost Stories, que lanzó Bernarr Macfadden a mediados de 1926, quien también publicó revistas confesionales como True Story.
Incluía una nueva novela de la serie marciana de Edgar Rice Burroughs, The Mastermind of Mars, que Burroughs no había podido vender a otras, tal vez porque contenía elementos satíricos dirigidos al fundamentalismo religioso.
[25] En el editorial del primer número de la revista afirmó que «estos relatos asombrosos no solo hacen su lectura tremendamente interesante - también son siempre instructivos.
Gernsback todavía creía en el valor educativo de la ciencia ficción y contrastaba sus objetivos en Air Wonder Stories en oposición a la ficción que aparecía en pulps de aviación como Sky Birds y Flying Aces, que eran, según sus palabras, relatos «meramente aventuras aéreas estilo 'Salvaje-Oeste'».
[32] Con estas dos revistas establecidas, Gernsback añadió Science Wonder Quarterly en octubre de 1929, también editada por Lasser.
[35] Las revistas de Gernsback eran conocidas por sus bajas tarifas y por sus retrasos en el pago, lo que hizo que las tarifas más altas de Astounding y su prontitud en el pago atrajeran a algunos escritores pulp reconocidos como Murray Leinster o Jack Williamson.
Los primeros relatos identificados por Tremaine como Thought Variant no siempre fueron particularmente originales, pero pronto se hizo evidente que Tremaine estaba dispuesto a arriesgarse publicando historias que hubieran sido víctimas de tabúes editoriales en otras revistas.
[65] Weird Tales había sobrevivido a una quiebra bancaria en 1930, que congeló la mayor parte del dinero en efectivo de la revista,[66] y continuaba publicando material con buena aceptación,[67] sobre todo de fantasía y terror, aunque seguían incluyendo ciencia ficción.
[68] H. P. Lovecraft y Robert E. Howard se convirtieron en colaboradores habituales,[45] y la ilustradora Margaret Brundage monopolizó las portadas durante un tiempo, quizás llegando a ser la artista más conocida que trabajó para la revista; casi todas sus portadas incluían una figura desnuda.
También empezó a publicar regularmente artículos sobre hechos y avances científicos, con el objetivo de estimular ideas para las historias.
Bajo Sloane, Amazing había carecido de brillo; Palmer quería que fuera divertida y pronto transformó la revista, publicando historias ensoñadoras.
[90] En mayo, Ziff Davis, la editorial de Amazing Stories, se incorporó a la competencia en el campo con Fantastic Adventures, también editada por Raymond Palmer.
A finales de 1939, Munsey lanzó Famous Fantastic Mysteries como un medio para reeditar estas viejas historias.
Pohl tenía un presupuesto muy limitado, pero sus contactos con otros escritores de ciencia ficción en ciernes como Cyril M. Kornbluth y James Blish le permitió encontrar material sorprendentemente bueno.
Fueron publicadas por un padre y un hijo que operaban bajo el nombre de Albing Publications; apenas disponían de capital, pero convencieron a Donald A. Wollheim para que fuera editor la revista sin percibir salario, y sin presupuesto para la ficción.
Marvel Science Stories dejó de publicarse en 1941 y Uncanny nació probablemente para usar algunas historias restantes en su inventario.
Entre otros escritores conocidos que publicaron en Planet están Clifford D. Simak, James Blish, Fredric Brown o Isaac Asimov.
[118] En Ziff-Davis, Palmer permaneció como editor de Fantastic Adventures y Amazing Stories durante la Segunda Guerra Mundial.
[n 6] La única superviviente pulp de Street & Smith fue Astounding Science Fiction, que había cambiado a un formato digest en 1943.
Los editores fueron Anthony Boucher, un escritor de misterio bien considerado que escribió algo de ciencia ficción, y J. Francis McComas; le cambiaron el nombre a The Magazine of Fantasy & Science Fiction con el siguiente número y aparecieron otros cuatro números trimestrales en 1950.
[165] En octubre de 1950, Raymond Palmer, que había dejado a Ziff-Davis para establecer su propia editorial, lanzó Imagination.
[168] Ashley opina que si Knight hubiera podido continuar, la revista habría sido una contribución significativa a la ciencia ficción de los años 1950.