Startling Stories

Las novelas publicadas en Startling fueron líderes en cada edición: la primera La llama negra (The Black Flame) de Stanley G. Weinbaum.

Durante la época de Weisinger la revista se especializó en los lectores jóvenes, y cuando fue reemplazado por Oscar J. Friend en 1941, la revista se volvió aún más juvenil, con tapas modernas y correo de lectores respondido por un Sargento Saturno.

Merwin dejó la empresa en 1951, y su puesto fue ocupado por Samuel Mines; la calidad permaneció alta, pero la aparición de nuevos competidores como Galaxy Science Fiction y The Magazine of Fantasy & Science Fiction impactó en la habilidad de Mines para adquirir material.

La respuesta fue positiva, y la nueva revista, bautizada Startling Stories, fue debidamente puesta en marcha con una primera edición en formato pulp en enero de 1939.

El formato estaba m,uriendo, en parte gracias al éxito de las ediciones en rústica.

Un subcomité del senado de los Estados Unidos realizó una audiencia para oponerse a las historietas, y las editoriales disminuyeron los títulos en respuesta.

El impacto económico alcanzó a las revistas pulp, ya que la mayoría de las editoriales publicaban ambos géneros.

Thrilling Wonder publicó su última edición a principios de 1955, y luego fue unificada con Startling bajo el nombre de y con Fantastic Story Magazine, otra publicación hermanada, pero la combinación sólo duró tres ediciones.

Otto y su hermano Earl también contribuyeron con un cuento, Science island, con su seudónimo conjunto Eando Binder.

Además comenzaron a aparecer algunas ficciones fantásticas, contribución de escritores como Henry Kuttner.

Estas historias iniciales de fantasía científica fueron populares entre los lectores, y contrastaba con la ciencia ficción dura que John W. Campbell publicaba en Astounding.

Las tapas de Bergey eran visualmente impactantes: en palabras del director y crítico de ciencia ficción Malcolm Edwards, pintaba típicamente «un héroe resistente, una heroína desesperada» (ya sea con bikini metálico o en sugerente déshabillé) «y una horrible amenaza alienígena».

[4]​[9]​ El tema del sostén metálico vino a asociarse con Bergey, y sus tapas hicieron mucho por crear la imagen de la ciencia ficción que tendría el público en general.

[19]​ Cuando Merwin asumió como director en 1945, quitó el aire juvenil, y pidió a Bergey que cambiara su estilo.

Asimov se enfureció, rehusó modificar su obra, y nunca envió algo a Merwin nuevamente.

[4]​ y la Startling de uno a dos centavos por palabra no podía competir con las revistas líderes.

El argumento introducía sexo en la trama, sin llegar a ser lascivo, y fue ampliamente elogiado.

Farmer, en parte a causa de esta obra, ganó un Premio Hugo como «Nuevo escritor más promisorio».

Entre los nuevos autores difundidos por Mines se encontraban Frank Herbert, que debutó en abril de 1952 con ¿Buscando algo?

y Robert F. Young, cuya primera obra, The Black Deep Thou Wingest, se publicó en junio de 1953.

[4]​ La portada se volvió más sobria con naves espaciales reemplazando a las mujeres con sostén metálico.

Todas estas ediciones eran casi idénticas a las norteamericanas, solo que media pulgada más altas en formato.