Hijo del coronel Manuel Rivera y de Trinidad Indarte, se radicó en Buenos Aires siendo un niño.
[1] Durante los años anteriores había publicado algunas notas y poemas en el periódico La Gazeta Mercantil, en los que se pronunció por la oposición al partido de Juan Antonio Lavalleja en el Uruguay.
[1] En 1836, el presidente uruguayo Oribe lo denunció como participante en conspiraciones junto a los unitarios, y para salvarse Rivera Indarte intentó apoyarse en el general Mansilla y en Pedro de Angelis, que se negaron a respaldarlo.
De modo que, tras permanecer oculto algunas semanas, logró abordar un buque estadounidense y partir al exilio.
[1] Pasó dos años en los Estados Unidos, primeramente en Salem (Massachusetts) y luego en Nueva York, donde fue protegido por el embajador bonaerense Carlos María de Alvear.
Nunca se supo quién la había enviado, pero el más insistentemente acusado en la prensa porteña fue Rivera Indarte.
El contrato establecía, según La Presse, el pago de un penique por cada cadáver endilgado a Rosas.
En Tablas de sangre Rivera Indarte atribuyó a Rosas cuatrocientas ochenta muertes,[2] una cifra, en rigor, falsa.
También aparecen en la lista fallecidos por causas naturales, muchos desconocidos bajo las iniciales N.N., otros presumiblemente inventados y hasta personas que años más tarde seguían vivos.
Si las imputaciones contra Rivera Indarte son ciertas, habrían significado un ingreso total de dos libras esterlinas para el poeta.