Los fariseos (en hebreo: פְּרוּשִׁים, romanizado: Pərūšīm) fueron un grupo o movimiento político social y religioso judío.
Un punto de conflicto específicamente religioso tenía que ver con interpretaciones diferentes de la torá y cómo debía aplicarse a la vida judía contemporánea, en donde los saduceos reconocían exclusivamente a la torá escrita y rechazaban a los Profetas, los libros sapienciales, y doctrinas tales como la Torá oral o la resurrección de los muertos.
Los fariseos son conocidos especialmente por su relación con los orígenes del cristianismo, habiendo numerosas referencias a ellos en el Nuevo Testamento.
Su doctrina puede resumirse así: Los fariseos se opusieron a la política del rey macabeo Juan Hircano (134-104 a. C.), quien actuó apoyado por los saduceos.
Juan Hircano, hijo de Simón Macabeo, vivía más como un rey pagano que como un sacerdote judío, y los sectores tradicionalistas criticaban la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones.
El líder fariseo Eleazar exigió que Juan Hircano renunciara al sumo sacerdocio.
La viuda de Alejandro Janeo, Alejandra Salomé reinó del 76 al 67 a. C., rehabilitó a los sacerdotes fariseos y los hizo parte del Sanedrín o senado judío, acrecentando su influencia política y religiosa.
La reina nombró a su hijo Hircano II Sumo Sacerdote con el apoyo fariseo.