Alejandro Janneo

Siguiendo la política de su padre, conquistó y convirtió al judaísmo los territorios vecinos, expandiendo el reino Asmoneo hasta su mayor extensión.

Ptolomeo aceptó y cumplió su parte, pero al enterarse de que Alejandro había enviado mensajeros a Cleopatra III, anuló su juramento e invadió Judea.

Alejandro reunió un ejército de cincuenta mil hombres y dispuso la defensa del país.

Ptolomeo cayó primero sobre Asoquín de Galilea, luego intentó capturar Séforis pero sufrió grandes pérdidas.

Viendo que su hijo Ptolomeo adquiría gran poder en Judea, la reina Cleopatra III movilizó sus tropas de tierra y mar para combatirlo.

Alejandro se presentó ante Cleopatra III con muchos regalos solicitando su alianza; pero los consejeros de la reina opinaron que debía tomar prisionero al judío e invadir la Judea.

Allí resistió valerosamente el comandante Apolodoro, hasta que fue asesinado por su hermano Lisímaco, quien entregó la ciudad a los judíos.

Alejandro ingresó en Gaza, tras un año de asedio,[3]​ y al principio se portó pacíficamente, pero luego la abandonó a sus soldados quienes hicieron una matanza indiscriminada.

La única ciudad de la antigua costa filistea que no quiso tomar fue Ascalón.

Enfurecido, empleó mercenarios extranjeros para poner fin al motín, dando muerte a seis mil judíos; luego hizo un cerco de madera alrededor del altar y la parte del Templo en la cual solo podían entrar los sacerdotes; así tuvo alejada a la multitud.

Alejandro se puso de nuevo en campaña e invadió otra vez las regiones al este del Jordán.

Sin embargo no le fue bien en su campaña contra los nabateos, un pueblo árabe que habitaba al sur y el este del Jordán, y que controlaba las rutas comerciales del oriente al Mediterráneo.

La derrota ante los árabes le costó además perder las zonas que había sometido en Moab y Galaad.

Antíoco XII Dioniso, el nuevo rey de Siria emprendió una expedición contra los nabateos, y debía pasar forzosamente por Judea.

Pero Antíoco incendió dichas obras y pasó con sus tropas a Arabia, donde la suerte le fue adversa.

Aretas III, el rey de los nabateos, reinó entonces en toda la baja Siria hasta Damasco.

Pensó que podría curarla con una campaña activa, pero se fatigó excesivamente y falleció mientras sitiaba la fortaleza helenística de Ragaba, en la Transjordania (76 a. C.).

En su lecho de muerte, consciente que el reino no podría sobrevivir con disputas internas, ordenó a su esposa, la reina Salomé Alejandra, que buscara la reconciliación con los fariseos y se aliara con ellos, por cuanto ellos contaban con el apoyo popular.

Moneda de Alejandro Janneo.
Fases de expansión del Reino de los Asmoneos.
Ejecución de fariseos bajo Alejandro Janneo representada por Willem Swiddle en el siglo XVII .