En la cola de este último embalse se encuentra Buitrago del Lozoya, la localidad más importante de todas por las que pasa el río y cuyo recinto amurallado fue edificado en la Alta Edad Media en uno de sus meandros.
En su curso final, el Lozoya se encuentra con la vieja presa del Pontón de la Oliva (actualmente en desuso y que por las filtraciones de la zona nunca llegó a poder ser utilizada eficazmente), la primera de las grandes infraestructuras de ingeniería hidráulica construidas en torno al río (fue proyectada en 1848 y sus obras comenzaron en 1851).
Unos metros más adelante, el Lozoya desemboca finalmente en el río Jarama al norte de Uceda.
Las infraestructuras construidas en los siglos XIX y XX en la Sierra Norte tuvieron enormes consecuencias sobre el medio físico de la comarca.
Es por ello por lo que la comarca es conocida popularmente como la Sierra Pobre.
Se celebró un acto inaugural oficial en la calle ancha de San Bernardo, con la instalación de una fuente monumental, ampliamente festejado y aclamado por los madrileños.
A este origen granítico debe el que su agua sea muy blanda y de gran calidad, apreciada desde muy antiguo (antes de la llegada del Canal de Isabel II a Madrid se adquiría en la capital como agua medicinal).
La alimentación en este tramo del río, al igual que ocurre en el Jarama y otros de sus afluentes, es de origen pluvionival, recibiendo las mayores aportaciones en primavera y otoño.
A este respecto es importante recordar la importancia de la cubierta vegetal en la retención y flujo de agua a través del suelo.