Qartayannat al-Halfa

El epíteto al-Halfa («la del esparto») hace referencia al trabajo del esparto que se realizaba en la ciudad, ya destacado por los bizantinos al llamarla Carthago Spartaria, y servía además para distinguirla de otras poblaciones con el mismo nombre como Qartayannat al-Yazira (Carteia, San Roque) y Qartayannat Ifriqiya (Cartago).[4]​ La sentencia del califa obligó no sólo a la retirada de Abd al-Malik, sino que además significó su destitución y encarcelamiento.En este sentido, son varios los geógrafos y viajeros que dan testimonio de la revitalización de la villa, como Ibn Hawqal, al-Udri o al-Idrisi, quien relata: A los vestigios materiales ya conocidos, como la linterna del parque Torres o la maqabriya (lápida prismática) tunecina del Museo Arqueológico Municipal,[10]​ se han sumado en los últimos tiempos los restos de viviendas del siglo XII que aparecieron en las excavaciones del teatro romano,[9]​ y diversos enterramientos se han encontrado en las actuales calles Cuatro Santos, Jara y Soledad, bajo las que se ubicaba la maqbara.[14]​ En los años siguientes, la población musulmana nativa, conocida ahora como mudéjar, comenzó una constante emigración hacia el reino nazarí de Granada o el Magreb, al tiempo que el aporte demográfico cristiano no despegaba debido a la inseguridad producida por la exposición ante la piratería berberisca desde el mar y las razias granadinas desde tierra.En 1264 estalló en Cartagena una insurrección mudéjar simultánea a las del resto del reino, controladas dos años después por tropas aragonesas y castellanas,[15]​ que significaría el éxodo definitivo de los hispanoárabes de la ciudad.
La linterna del parque Torres.
Jarra pintada al manganeso (s. XIII ).