Queriendo completar su formación intelectual, Hazim viajó a Granada y Sevilla, donde comprendió la filosofía griega a través de las obras de al-Farabi, Avicena y Averroes.
El líder Ibn Hud intentó reunificar bajo sus dominios al-Ándalus, pero la presión castellana lo obligó a declarar su vasallaje.
[1][3] En su nuevo hogar consigue entrar en la corte del califa hafsí Muhammad I al-Mustansir, al que ganó su confianza, siendo nombrado secretario de la cancillería.
Destacará además por su dominio de la gramática, la poesía, la prosodia y la retórica.
La casida se divide según la temática: en primer lugar una oda al Califa tunecino, en el segundo un canto a la tristeza del enamorado y por último un canto de añoranza a las ciudades de su juventud, Cartagena y Murcia.