Alí fue asesinado, pero su hermano Yahia comenzó la conquista del centro y norte de Ifriqiya.Ben Ganiya saqueó las ciudades, sus jardines y los animales que se encontraban en ellas.[3] El nuevo gobierno fue investido de mayores poderes que los anteriores: reclutó las tropas que le eran necesarias para mantener la paz y para prepararse ante eventuales guerras, designó a los funcionarios del Estado, los cadíes, etc.Tras la muerte de ‘Abd al-Wâhid ibn Hafs, le sucedió en 1228 su hijo, Abû Zakariyâ Yahyâ.Los abdalwadíes, sin embargo, no pudieron vencer a los beduinos; finalmente, los hafsíes consiguieron recuperar su imperio.Bajo los hafsíes, se intensificó la piratería contra la navegación cristiana, sobre todo durante el gobierno de Abd al-Aziz II (1394-1434).Tras la muerte de Abû ‘Abd Alah Muhámmad al-Mustánsir, los problemas estallaron y duraron 40 años.Además se añadieron los ataques del Reino de Aragón, con el que Abû ‘Abd Alah Muhámmad al-Mustánsir todavía había tenido buenas relaciones.El país experimentó un auge económico y se convirtió en un importante centro comercial de la cuenca mediterránea.El aumento también afectó al ámbito cultural con el gran historiador y padre de la sociología, Ibn Jaldún.A su llegada en 1394, Abû Fâris ‘Abd al-‘Azîz al-Mutawakkil reforzó la autoridad del gobierno central, pacificando el sur, tomando Argelia e imponiendo su soberanía al soberano de Tremecén, rechazando un ataque del rey de Aragón contra Yerba y manteniendo generalmente buenas relaciones con los Estados cristianos.Con la muerte de Abû ‘Umar ‘Uthmân comenzó una nueva decadencia irremediable marcada por las luchas por el poder.En el siglo XVI los hafsíes quedaron cada vez más atrapados en la lucha de poder entre España y el Imperio otomano, apoyados por los corsarios.Abu Abdulah Muhámmad al-Mustánsir también organizó en corporaciones a los tejedores y creó manufacturas para la tejeduría de seda, conocidas como funduqs.La administración aduanera era una institución del Estado que alcanzó un cierto grado de perfeccionamiento bajo los hafsíes.Todos estos productos normalmente estaban gravados con un impuesto del 10 % o diezmo.En la corte hafsí brillaban los poetas, versificadores hábiles cuya principal producción literaria eran alabanzas del soberano.El siglo XV fue menos fecundo en personalidades, pero Marruecos continuó suministrando a Ifriqiya de sufíes, con tanta más facilidad ya que Túnez está en el camino de peregrinación a La Meca.El siglo XV ve surgir también muchos morabitos excéntricos, objetos de veneración popular como Sidi Ben Arous.Pese a todo, la gente era bastante miserable y, según León el Africano, «llena de supersticiones groseras».
Bugía (la actual
Béjaïa
) se convirtió en una floreciente plaza comercial, científica y cultural bajo el reinado de los hafsíes.