Una pistola es un arma de fuego corta diseñada para ser apuntada y disparada con una sola mano, o con dos, se puede utilizar para la caza dependiendo del arma[1][2] y dispara balas a corto alcance.
El término francés pistole aparece por primera vez en 1566, proveniente posiblemente del checo píšťala (‘flauta’ - arma de fuego corta utilizada por los husitas).
Se conoce un modelo similar utilizado por el ejército británico en el siglo XIX, pero el revólver moderno lo patentó Samuel Colt en 1835.
Este procedimiento se realizaba con mucho cuidado para evitar que la presión inflamara la pólvora anticipadamente.
Por la parte posterior de cada recámara del tambor se colocaba una cápsula fulminante sobre su respectiva chimenea.
El primer modelo exitoso fue la Borchardt C-93, creada por el armero alemán Hugo Bochardt y aparecida en 1893.
El primer armero estadounidense en crear pistolas semiautomáticas fue John Browning, que comienza a desarrollar sus propias pistolas de acción simple y en 1900 empieza a colaborar con FN y la marca Colt, para la que diseñó en estos años varios de los cartuchos clásicos más conocidos para pistola: el 6,35 x 16 (.25 ACP), el 7,65 x 17 (.32 ACP) y el 9 x 17 Corto (.380 ACP, o más popularmente 9 mm Corto) que empleó indistintamente para sus diseños en Europa y Estados Unidos.
Todos estos cartuchos ACP (Automatic Colt Pistol) fueron los más populares para pistola en Europa durante muchos años, aunque en Estados Unidos pronto se vieron eclipsados por el potente .45 ACP (11,43 x 23) del propio Browning.
Junto con el modelo M1911A1, han sido posiblemente las pistolas más copiadas e imitadas de la historia.
Como anécdota, el arma fue empleada en la Segunda Guerra Mundial por ambos bandos: los alemanes la fabricaban en la Bélgica ocupada y los británicos en Canadá.
Sin embargo, la mayor complejidad del mecanismo aumenta su coste de fabricación y las hace más susceptibles a las averías.
Una auténtica pistola automática sería aquella que, manteniendo apretado el gatillo, disparase continuamente.
Las pistolas de doble acción exclusiva se suelen destinar para defensa personal al ser su funcionamiento más sencillo, casi como un revólver.
En Estados Unidos aparece en los años ochenta un cartucho calibre 10 mm, con una potencia muy superior a la del 9 Parabellum.
Este es actualmente el cartucho de pistola más popular en Estados Unidos, aunque también está extendido el 9 × 19 Parabellum.
Casi nadie lo usa para la defensa personal debido a su bajo poder de parada a pesar de ser igualmente mortífero, salvo algunas excepciones por su fácil disposición tanto del arma como del cartucho, y algunas veces por fuerzas especiales debido a la facilidad de ocultar armas pequeñas y el poco ruido del disparo.