Siendo armas pequeñas, fácilmente ocultables y con una alta cadencia de disparo, las pistolas ametralladoras tienen diversos usos.
Los guardaespaldas del gobierno o de agencias privadas a veces portan pistolas ametralladoras ocultas cuando protegen personas importantes.
También han sido empleadas en combate a corta distancia donde se necesita un arma pequeña (como por ejemplo, Fuerzas Especiales atacando edificios o túneles).
61, la Ingram MAC-10, la PM-63 RAK o la Steyr TMP, esta última muchas veces considerada como subfusil compacto.
Durante la Primera Guerra Mundial se produjo una versión automática de la Steyr M1912, llamada Repetierpistole M1912/P16.
Mientras que las ametralladoras pesadas, tales como la Maxim y la Vickers eran temibles armas defensivas en un emplazamiento fortificado, eran difíciles de transportar a una nueva posición si el ejército avanzaba a una nueva área o si tenía que retirarse.
El Ejército alemán reconoció que para romper el bloqueo de la guerra de trincheras se necesitaba un arma automática ligera y portátil, que permitiese a los soldados moverse con esta a nuevas posiciones.
Lebman vendió estas "ametralladoras bebé" a los criminales organizados de aquel entonces, como John Dillinger y Baby Face Nelson.
En la Segunda Guerra Mundial, la Resistencia polaca produjo una tosca y sencilla pistola ametralladora llamada Bechowiec-1.
La APS Stechkin es una pistola ametralladora rusa con selector de disparo que entró en servicio con el Ejército Rojo en 1951.
Al disparar en ráfaga corta o larga, la pistola debe tener acoplada su funda-culatín; de lo contrario, será imposible controlarla.
Aunque era algo pesada y voluminosa, era la única alternativa de "gran potencia" frente a la Makarov.
Los diseñadores le pusieron el modo "ráfaga corta" para que sea más fácil de controlar.
En la década de 1980 algunas pistolas ametralladoras, como la Glock 18, fueron fabricadas con respiraderos o cortes en la parte superior del cañón.
Estos respiraderos actúan como un compensador, contrarrestando la tendencia a elevarse de la pistola ametralladora cuando es disparada en modo automático.
Esta pistola ametralladora tiene un riel horizontal delante del guardamonte, donde puede encajarse un cargador de repuesto y usarse como una empuñadura al disparar en modo automático.
En la década de 1980, armas tales como el MAC-10 y las versiones compactas del Uzi han sido ubicadas en ambas clases.
[5] Igualmente, el HK MP5K (un arma lo suficientemente pequeña para portarse oculta o en un maletín) también es clasificado como un subfusil compacto.
La Beretta 93R tiene una empuñadura delantera plegable, que es otra forma de aumentar el control del arma al disparar en modo automático.
En la Segunda Guerra Mundial, las pistolas ametralladoras fueron empleadas por jefes de pelotón, artilleros y tanquistas.
En estos contextos, las pistolas ametralladoras eran vistas como "escobas de habitación", que podían barrer un espacio con fuego automático.
Igualmente, la alta cadencia de las pistolas ametralladoras hace que consuman con rapidez sus municiones al disparar ráfagas largas.
En comparación, las ADP emplean munición especial o específica de calibres poco usuales.
Las pistolas ametralladoras militares usualmente disparan balas completamente encamisadas en concordancia con la Convención de La Haya.
Algunas Fuerzas Especiales emplean munición especializada en sus pistolas ametralladoras o armas de defensa personal, como poner varios cartuchos trazadores en el cargador para poder disparar durante la noche.
Por razones parecidas, un guardaespaldas que lleva un arma oculta enfundada no puede instalar accesorios en esta, tales como miras ópticas o empuñaduras frontales.
Otra opción que los policías pueden emplear a veces son los cargadores de gran capacidad, como tambores simples o dobles.
El primer método puede ser más seguro, ya que en caso de un disparo accidental, este iría al suelo.
"El crimen pasó a ser de interés nacional solamente cinco días después".
Como resultado, en manos de cualquiera, excepto tiradores experimentados, las pistolas ametralladoras tienden a elevarse al ser disparadas en modo automático.