La pirita está fijada entre dos quijadas en un brazo accionado por muelle (o "can") que se apoya en la cubierta de la cazoleta.
Al apretar el gatillo, la cubierta de la cazoleta se abre automáticamente, la rueda gira y la pirita es presionada contra esta.
El extremo sobresaliente es de sección cuadrada para poder insertar una llave y darle cuerda a la rueda.
El otro extremo del eje encaja en un agujero de la plancha y tiene una leva forjada.
El gatillo acciona un brazo de un retén en "Z", que pivota entre dos pilares remachados o soldados dentro del mecanismo.
Primeramente, el can es empujado hacia adelante y puesto en posición "segura", luego se abre la cazoleta (si es que aún está cerrada).
Si los tuviera, se necesitaría una gran fuerza para apretar el gatillo al estar la rueda tensionada por el muelle principal.
En cambio, el "agujero" es una depresión en la rueda (como un pequeño cráter) y el brazo del retén tiene una punta redondeada: la rueda es asegurada por medio de la fuerza lateral en su eje más que por la fuerza vertical del retén.
Tan pronto como el retén suelta la rueda, el brazo largo del muelle principal tira la cadena conectada a éste.
El rápido giro de la rueda contra la pirita produce chispas al blanco vivo que encienden la pólvora fina en la cazoleta, cuya llamarada es transmitida a la carga propulsora del cañón a través del oído y el arma se dispara.
Se necesitaba casi un minuto para cargar, preparar y disparar un arma de rueda.
Varios estados italianos hicieron lo mismo en las décadas de 1520 y 1530 —otro argumento empleado por el bando proalemán—.