Su funcionamiento era igual que el de los trabucos, aunque tenía la ventaja de que era más corto y más manejable.Antonio Romero discrepa en que los forajidos hicieran uso del pedreñal.Dice ser una confusión con el pistolete, y que el arma propia de los bandidos era el trabuco.[5] Debida a su fiabilidad, muy superior a las armas de mecha, el pedreñal se impuso rápidamente, convirtiéndose en el arma característica de los bandoleros.[6] La industria del pedreñal pasó plenamente a la clandestinidad.