El librepensamiento o pensamiento libre es una doctrina que sostiene que las posiciones referentes a la verdad deben formarse sobre la base de la lógica, la razón y el empirismo en lugar de la autoridad, la tradición, la revelación o algún dogma en particular.
Se considera precursores o antecesores del librepensamiento al descreído poeta y matemático iraní medieval Omar Jayam, autor de Rubaiyat, y al médico y escritor francés François Rabelais (siglo XVI), quien en la utópica Abadía de Thelema de su Gargantúa defendió el lema «haz lo que quieras».
Desde entonces anduvo parte del camino paralelamente o asociado a doctrinas afines, como la masónica, de la que sin embargo rechaza sus ritualismo y jerarquía.
El término se usó generalmente para definir a los numerosos filósofos franceses ilustrados del siglo XVII y actualmente se asocia la palabra librepensamiento a los términos escepticismo y laicismo.
En su ensayo La ética de las convicciones, el matemático británico del siglo XIX y filósofo William Kingdon Clifford (1845-1879) escribió: «Es un error siempre, en todas partes, y para cualquier persona, creer cualquier cosa con insuficiencia de pruebas».
[7] Clifford dio un fuerte impulso al movimiento promoviendo el Congreso de librepensadores celebrado en 1878 y en años sucesivos y se puede decir que en la segunda mitad del siglo XIX fue un movimiento muy pujante, aunque minoritario.
Más o menos asociados al Krausismo y a la Institución Libre de Enseñanza, otros destacados intelectuales españoles se agregaron al movimiento, como Francisco Ferrer Guardia, Antonio Rodríguez García-Vao y Rosario de Acuña.
En Alemania, se formó en Fráncfort en 1881 la Liga de Librepensadores Alemanes (Deutscher Freidenkerbunden) presidida por Ludwig Büchner (1824-1899), hermano del famoso dramaturgo Georg Büchner, agrupando a diversos ateos y agnósticos.
Por este rechazo del dogma, entre los librepensadores se encuentran ateos, agnósticos, deístas racionalistas y libertarios; pero también investigadores de la religión como hecho empírico y universal cuya existencia no puede ser negada sin negar al hombre mismo.
Por eso la ciencia y más exactamente el método científico guía al librepensamiento por su naturaleza racional e imparcial.
Las actuales asociaciones humanistas son impulsoras del pensamiento científico y rechazan doctrinas como el creacionismo.