Calculadora mecánica

Wilhelm Schickard en 1623 ya había realizado un diseño previo, aunque no hay evidencias de que llegara a construirse y estaba incompleto, ya que hubiera necesitado muelles y engranajes adicionales para funcionar correctamente.

[1]​ En 1642, Blaise Pascal diseñó y construyó la primera calculadora del mundo de la que existe constancia.

Estas características y su buen funcionamiento hicieron que se convirtiera en la primera calculadora comercializada con éxito.

El primer modelo apareció en 1822 y se estuvo fabricando hasta bien entrado el siglo XX.

En sucesivas versiones se consiguió también la multiplicación automática, mucho más compleja de realizar mecánicamente que la división.

Este sistema permitía multiplicar dos números directamente, y no mediante sumas consecutivas.

Este mecanismo era, a su vez, una versión mejorada del desarrollado por Edmund D. Barbour en 1872 para multiplicar productos parciales mediante la lectura de valores de una tabla escrita en relieve, en un sistema similar al Braille.

La calculadora Pascalina.