El Oligoceno (del griego oligos, 'pocos', y xainos, 'reciente') es una división de la escala temporal geológica que pertenece al periodo Paleógeno; dentro de este, el Oligoceno ocupa el tercer y último lugar siguiendo al Eoceno.
La extinción que tuvo lugar en el Oligoceno no fue muy severa, pero eliminó a los enormes Titanotheres.
Esto permitió la formación de la corriente Circumpolar Antártica, que produjo un rápido enfriamiento del continente.
La sedimentación marina desaparece definitivamente al norte y los Pirineos adquieren su configuración actual.
La corriente Circumpolar Antártica causó un rápido enfriamiento al impedir que las aguas cálidas llegaran a la Antártida y permitió la formación de los glaciares en un continente que anteriormente estaba cubierto por los bosques.
Con las frías temperaturas del Oligoceno, había menos selvas tropicales y paratropicales que hoy en día aunque todavía no había grandes extensiones de pastos, ni de zonas desérticas o semidesérticas.
Sudamérica estaba aparentemente aislada de los demás continentes ya que desarrolló una fauna muy distintiva durante el Oligoceno.
Se diversificaron varias clases de mamíferos como los roedores, primates, cánidos, brontoterios (o titanoterio), Indricotherium, mastodontes, artiodáctilos y perezosos gigantes (megaterios).
Las leguminosas de las familias del guisantes y frijol continúan su propagación.
Por una parte, es probable que muchas especies se extinguieran completamente, causando una gran pérdida en la biodiversidad.
Eso permitió que las poblaciones que habían quedado aisladas en cada isla siguieran caminos evolutivos diferentes y provocando una grande especiación: el resultado fueron once o más moas, cuatro o más kiwis, numerosos lacértidos, muchos invertebrados y numerosas plantas.
Probablemente debió morir atrapado en arenas movedizas, y la posición de las patas indica que estaba luchando por escaparse.
Sin embargo Roy Chapman Andrews, del Museo Americano de Historia Natural, consiguió reunir el fondo para hacer una expedición en el desierto del Gobi, hasta entonces ignorado por los peligros que representaba.
El yacimiento fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 y es una extensión del parque nacional Boodjamulla.
Se han identificado treinta y cinco fósiles de murciélagos, haciendo que sea el yacimiento más rico del mundo en este sentido.
Entre los hallazgos del Oligoceno de Riversleigh son especialmente destacables Nimbacinus, un pariente prehistórico del lobo marsupial; y Baru, un cocodrilo con la cabeza en forma de media luna.