Se fabrican tanto para el automovilismo de velocidad como para los típicos circuitos ovales estadounidenses.
Desarrolló un diseño revolucionario que se convertiría en el origen de los monoplazas modernos.
En un principio, los coches de competición no eran monoplazas, puesto que junto con el piloto participaba en la carrera un mecánico, ya que las distancias a recorrer eran largas y las averías de los coches frecuentes.
Las carreras de monoplazas comenzaron a ser pruebas especiales, gestionadas por la Asociación Estadounidense del Automóvil.
Pero la Segunda Guerra Mundial suspendió su evolución, y después del conflicto el innovador diseño no se utilizó durante algún tiempo.
A principios del siglo XXI, los avances en la tecnología y el aumento de los precios del petróleo llevaron a una mayor demanda de motores turboalimentados, que eran más baratos y más eficientes en combustible que los modelos anteriores.
En Estados Unidos, la gasolina en la década de 1960 dio paso al metanol (menos explosivo), que en la década de 2000 fue reemplazado a su vez por el etanol, como parte de la lucha por el respeto al medio ambiente y por la seguridad (el metanol arde con una llama casi incolora y, por lo tanto, se puede iniciar la extinción del fuego con retraso al no percibirse a tiempo su presencia).
Los monoplazas comenzaron a emplear dispositivos aerodinámicos cada vez más aparatosos, siendo frecuentes alerones elevados delanteros y traseros para transmitir la presión generada contra ellos por el flujo del aire en movimiento a las ruedas, y desde estas contra la carretera.
Esta solución llegó a Norteamérica al año siguiente, desarrollada por Chaparral Cars.
Para combatir este fenómeno, se utilizaron configuraciones de suspensión más rígidas, lo que a su vez provocó una conducción muy incómoda.
Posteriormente, el efecto suelo en su forma pura quedó prohibido en casi todas las competiciones, y la carga aerodinámica (su principal efecto sobre los monoplazas) es creada por difusores, una media tubería en forma de U ahusada y abierta ubicada en la parte inferior, que acelera el aire que fluye por debajo del fondo carenado (generando un efecto Venturi).
Desde 2018, los coches de las IndyCar Series han vuelto a hacer un uso extensivo del efecto suelo.
Los monoplazas de baja potencia, así como los coches utilizados para carreras en óvalos sin pavimentar, pueden no tener elementos aerodinámicos en absoluto: las velocidades que desarrollan no son tan altas, y el agarre lo proporcionan casi en su totalidad los neumáticos, que suelen ser muy anchos.
En 1962, el equipo de F1 Lotus (con su modelo 25) adoptó un nuevo diseño de carrocería utilizando un diseño monocasco, una estructura espacial rígida más resistente a la torsión y al impacto que los chasis tubulares.
Al mismo tiempo, los pilotos cambiaron su posición en el coche, y ya no se sentaron más o menos incorporados, sino que pasaron a tomar una posición casi reclinada.
Sin embargo, el propulsor no siempre está incluido en la estructura de la carrocería, y también existen diseños con el motor sobre un bastidor al que se adjuntan la suspensión trasera y los elementos aerodinámicos.
Desde 1970 Lotus pasó a colocar los radiadores en los pontones laterales, lo que permitió darle al morro del automóvil la forma más eficiente en términos de aerodinámica.
Los coches con motor delantero, utilizados en los campeonatos estadounidenses, tienen un diseño asimétrico, propiciado por las peculiaridades de las carreras en pistas ovaladas, con giros solo a la izquierda.
En particular, algunos o la mayor parte de los elementos del coche se desplazan hacia el lado izquierdo para compensar cargas asimétricas sobre los neumáticos.
Un monoplaza abierto típico tiene una cabina mínima, suficiente solo para alojar el cuerpo del conductor, con la cabeza expuesta al aire.
En los automóviles modernos, el motor a menudo se ubica directamente detrás del conductor y acciona las ruedas traseras; excepto en la NASCAR Whelen Modified Tour, donde el motor está delante del conductor.
UU., Nürburgring en Alemania, el Circuito de Spa-Francorchamps en Bélgica o Silverstone en Gran Bretaña.
También se disputan otras carreras sobre pistas cortas en los Estados Unidos y Canadá, como el Wyoming County International Speedway en Nueva York.
Los coches de Fórmula 1 pueden alcanzar velocidades superiores a 360 kilómetros por hora (223,7 mph).
Los monoplazas, debido a su peso ligero, capacidades aerodinámicas y potentes motores, a menudo se consideran los vehículos de carreras más rápidos disponibles y entre los más difíciles de dominar.
Un buen ejemplo es el accidente sufrido por Ryan Briscoe y Alex Barron en Chicagoland 2005.
En 2020, la IndyCar Series adoptó un halo combinado con una pantalla de aerosol, construido por Red Bull Advanced Technologies.
El halo ayudó a evitar que Grosjean sufriera heridas en la cabeza mientras le permitía escapar del fuego.