[3] Años más tarde, Sosa actuó bajo las órdenes del general Fructuoso Rivera durante la revolución promovida por éste, iniciada en julio de 1836, contra el gobierno del presidente Manuel Oribe.
[3] Revolución que luego se expandiría por la región e internacionalmente dando inicio a la Guerra Grande.
Su columna militar se encontró a un grupo de soldados enemigos, que le salió al cruce.
[3] Murió herido por una bala de cañón que prácticamente le atravesó el abdomen.
Debido a su muerte, el gobierno de la Defensa firmó el siguiente decreto:[6] El Gobierno no debe recompensa alguna a aquellos que combaten por la Patria, porque estos, obrando así, no hacen más que cumplir con su deber; pero para la gloria nacional, él debe hacer resaltar las hazañas realizadas en defensa de la República, para perpetuar la memoria de sus autores, rodeándolos del testimonio y del reconocimiento general, que es la más hermosa corona del héroe.
El Gobierno resuelve y decreta: Artículo 1: El regimiento primero de caballería de la guardia nacional se nombrará en adelante "Regimiento Sosa" y elevará esta inscripción en su estandarte: "Marcelino Sosa, bravo entre los bravos.
Artículo 3: - Artículo 4: En cuanto al Ejército que sitia a la capital sea vencido, el cuerpo de Sosa será transportado al sitio donde la bala de cañón le hirió, y allí le será elevado, a costa del tesoro, un monumento simple donde se inscribirá su nombre, el día de su muerte y sus últimos palabras: "Camaradas, salven a la Patria".