Los tres mosqueteros

Los tres mosqueteros (en francés: Les trois mousquetaires) es una novela del escritor Alejandro Dumas (en colaboración con Auguste Maquet), publicada inicialmente en folletines por el periódico Le Siècle, entre marzo y julio de 1844.

Gracias a su popularidad, la novela ha sido objeto de numerosas adaptaciones al cine y la televisión.

Al pasar por la aldea de Meung, el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso (que más adelante se revelará como el conde de Rochefort), quedando herido e inconsciente.

Ya en París, D'Artagnan, tras una breve y poco cálida entrevista con el Señor de Trèville que, sin embargo, le previene contra el personaje que se encontró en Meung, es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis.

Los cuatro hombres se encuentran y, cuando D'Artagnan está a punto de comenzar a luchar contra Athos, son interrumpidos por los guardias del cardenal Richelieu que amenazan con arrestarlos porque los duelos están prohibidos.

Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del cardenal.

El cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías, persuade al rey para que organice un baile en honor a la reina, donde se espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor con Buckingham.

Al ser alertado Buckingham por D'Artagnan que le han robado dos de los doce y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al cardenal y ordena a su joyero realizar dos réplicas de los faltantes que entrega a D'Artagnan junto con los originales, tras lo cual parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana justo a tiempo para salvar su honor y para vergüenza del cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey.

Pero poco después y tras haber tenido relaciones sexuales con ella (esta vez sin disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto: Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente.

D'Artagnan se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.

El cardenal expide entonces un salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), dándole así permiso para matar a D'Artagnan.

Mientras el ingenuo Felton asesina con un cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a Francia.

Para sorpresa suya, encuentra allí a Constance, la cual había sido enviada por la Reina.

Fingiéndose amiga de Constance, Milady averigua que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento para rescatarla.

Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces, Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera del territorio de Francia, en los Países Bajos Españoles, actual Bélgica.