Música folclórica de México

La música Mexicana es sumamente variada e incluye diversos estilos determinados por la región geográfica de proveniencia.

Fueron dos los movimientos culturales que impulsaron el surgimiento del folclore: el romanticismo y el pueblo como sociedad.

Ambos movimientos enaltecieron la sensibilidad artística del pueblo, el cual se percibió como un nuevo protagonista inmerso en temas para expresar.

[1]​ El sentimiento nacionalista que creció durante las siguientes décadas, hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) representó gran importancia en el desarrollo del folclore como objeto de estudio, ya que recibió recursos por parte del gobierno para desarrollar investigación así como un mejor desarrollo artístico.

Actualmente se ha llevado a la música prehispánica al plano de la música etnoelectrónica, en la que prevalece la fusión de los instrumentos autóctonos con ritmos modernos como el house y el minimal, tal como lo hace el colectivo Wicholly Broders y Zompantli.

En el tiempo actual algunos compositores han utilizado instrumentos prehispánicos tal es el caso de Carlos Chávez en la sinfonía india y en el ballets se han utilizado también para reconstruir sonidos de la música.

El uso de la música es una característica esencial, sobre todo en las fiestas religiosas, aunque su uso no se limita a ellas, sino también al esparcimiento y goce del espíritu.

En unas y otras ocasiones representan un papel de importancia, ya que todas las veces que en ellas se cantaban las tradiciones de hechos remotos protagonizadas por ciertas tribus describían acontecimientos importantes como lo podían ser: cataclismos producidos por la naturaleza, epidemias, guerras, victorias y fracasos, hechos hazañosos de ilustres antepasados, entre otros.

Es un caso muy interesante pues un conjunto típico regional se convirtió en un símbolo nacional.

Lo cierto es que en un principio, el mariachi era una orquesta popular e indígena, y su indumentaria nada tenía que ver con la del charro (es decir, el traje de los ricos hacendados ganaderos) e interpretaban los "sones de mariachi".

Con el auge del cine mexicano las películas de Tito Guízar, Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís, dieron a conocer el mariachi así como un México rural idealizado.

El son es una música en la cual se mezclan las influencias indígenas, españolas y africanas, incluso asiáticas en algunos casos.

Así mismo, surge la rondalla, en las clases sociales estudiantiles populares urbanas, en aquellas que no podían adquirir los instrumentos de la estudiantina.

Su repertorio posee formas musicales cantadas e instrumentales que provienen tanto de la tradición musical mexicana (canción ranchera, corrido, bolero ranchero, huapango) como de la europea del siglo XIX (polca, chotis, redova) y colombiana como es la cumbia.

En un principio existía la diferenciación entre los términos, siendo los huapangos las canciones con letra fija y los sones huastecos las piezas para trovar, para echar versos.

Se toca en las regiones de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas, Puebla, Guanajuato y Querétaro.

Esta expresión artística también es ampliamente practicada por ejecutantes que no son de origen jarocho.

Así los yumanos utilizan sonajas elaboradas con pequeños carapachos de tortuga, cuyas líneas representan mapas del mundo, Para los otomíes el sacudimiento de sonajas es una invocación a las nubes, y un llamado al trueno y la lluvia; los mazahuas también llaman a la lluvia con danzas, en las cuales se golpean en el piso bastones con cascabeles.

En varias sociedades indígenas los instrumentos musicales tienen alma: los tlahuicas, del Estado de México, custodian en su iglesia un antiquísimo teponaztli, que se han llegado a fugar para unirse a s u madre, que se encuentra en Morelos; los huastecos le dan sepultura a sonajas, jaranas y demás instrumentos que se van rompiendo; y los totonacos les dan de beber aguardiente a violines y guitarra antes de usarlos.

En varios lugares y momentos la música está invariablemente ligada a la vida de los mixes, en las alegrías como en las tristezas, tanto en los actos cívicos, sociales y religioso, como en momentos colectivos y familiares; por lo tanto existen diversas formas de expresión musical acorde con los momentos por los que pasa la gente del pueblo mixe.

Marimba orquesta mexicana.
William John Thoms.
Xochipilli, deidad mesoamericana de la música y la danza.
Banda sinaloense.
Hombre tocando acordeón interpretando música norteña en Monterrey .
Grupo esencias, conjunto musical folclórico del noreste de México.
Danza de los viejitos.
Danza del venado.
Teponaztli.