El partido continuó existiendo hasta el estallido de la Guerra civil, cuando su actividad se extinguió.
[2][3] Nació como un partido de corte autonomista y regionalista,[4] compuesto por cuadros procedentes del catalanismo político.
Esta candidatura estaba formada por Sebastián Torres, Alberto Rusiñol, Bartolomé Robert y Lluís Domènech.
Hasta ese momento el catalanismo había marchado unido, si bien desde ese punto la Lliga empezó a ser vista desde otros sectores como el proyecto nacionalista de una parte de Cataluña, que no representaba a todas las sensibilidades sociales.
[11] No obstante, siguió ocupando el espacio político catalanista de las clases medias.
Raimundo de Abadal Calderó, nuevo presidente, impulsó la extensión del ideario federativo por el resto de España, alcanzando un cierto eco en la Región valenciana, Aragón, Galicia, las Provincias Vascongadas y las Islas Baleares.
Se reestructura el partido, renovándose la estrategia, centrada en las tesis de Cambó en su libro Por la concordia (1930; escrito en 1927).
Esto no evitó que en las elecciones constituyentes de 1931 la Lliga solo obtuviese tres diputados en las Cortes Generales.
[15] En las elecciones parlamentarias de 1933, la Liga mejoró notablemente sus posiciones alcanzando los 24 diputados,[16] superando a ERC por primera vez en la etapa republicana.
En dichas elecciones la Liga obtuvo unos 23 diputados, formando parte del bloque conservador junto con la CEDA de Gil Robles.
Francesc Cambó y los principales miembros dirigentes de la Lliga Catalana (antes Liga Regionalista) colaboraron con los sublevados durante la guerra.
Sus actividades profranquistas se llevaron a cabo fundamentalmente en Francia e Italia.
En París se creó un Oficina de Prensa y Propaganda financiada inicialmente por Cambó, para elaborar informes confidenciales para el Servicio de Información Secreta de la Embajada Nacional en París, confeccionar un boletín regular (Bulletin d'Information Espagnole) en francés y castellano, editar y publicar libros y panfletos a favor del bando fascista, como la revista Occident, la principal publicación periódica europea favorable a la causa franquista.